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Bellos Recuerdos
  • Publicado: 27.10.2009, 18:30
     
    ASandy
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    LXXXVIII - REQUIEBRO

    Alhorí-Nov-1960




    En la festividad de la Virgen de las Angustias: Septenario, Pontifical, Procesión y,
    Señora, este

    REQUIEBRO

    Guadix te llora por sus ojos de arcilla.
    Te canta angustias en sus calles piedra
    y enreda oraciones por las chimeneas de sus caminos,
    y al rezar deja sangrantes sus labios, besando la frente
    de la flor que tu tallo aflora.

    Guadix siente tu rostro de fría escarchada
    que dejó tu cara bonita con dibujos de lágrimas.

    Se adentra en tus ojos, enamorada, ¡borrascas de angustias!
    Y las lágrimas cosquillean, más puro que el cielo,
    tu rostro lucero, tu cara de alba.

    Tu frente, mar terso de virginal azul, se riza, se rompe en cascada,
    pulveriza tus sueños, tu alma, y llueve la tierra
    por el arco tenue de tu semblante de lágrimas.

    Guadix no se atreve a tocar tus labios, fino dolor y acantilado
    gastado por el devenir de tus aguas amargas.
    Labios de Madre, boca en requiebro.
    Cargada con nuestro besos, siendo tu la luz pura y el amanecer
    nítido, y nuestras frentes, noche densa.
    Labios en melodía sonora de dolor.

    Y tus manos, dulces y tensas, acariciando la nada infinita
    que rodea la muerte, son caricia, silencio y suspense.

    Guadix angustia se funde en tu llanto, abriendo sus ojos
    atormentados por el vendaval que en el mundo azota.

    En tu Camarín, en tu Templo,
    Guadix angustia cargado de miseria
    arriba alas hinchadas,
    tu manto,
    viento a favor: tu amor.

    (Publico foto en Alhorí)
  • Publicado: 29.10.2009, 10:47
     
    ASandy
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    INFORMACIÓN ESPECIAL PARA LOS QUE LA DESEEN

    Breve reseña de la fiesta de Halloween
    ¿Cristianismo o paganismo?
    ¿Lo debe celebrar un cristiano?
    Autor: Tere Fernández | Fuente: Catholic.net



    No se puede negar que es divertido disfrazar a los pequeños de la casa y salir con ellos a pedir dulces por las calles, muchos de nosotros tenemos recuerdos gratos de las fiestas de Halloween en donde compartíamos dulces y echábamos mano de todo lo que estaba a nuestro alcance para confeccionarnos el mejor de los disfraces.

    Halloween, ¿Lo debe celebrar un cristiano?

    Pero no podemos pasar por alto que las fiestas que celebramos reflejan quiénes somos e influyen en nuestros valores. Desgraciadamente muchos cristianos han olvidado el testimonio de los santos y la importancia de rezar por los muertos y se dejan llevar por costumbres paganas para festejar con brujas y fantasmas.

    "Halloween" significa (All hallow?s eve), del inglés antiguo, all hallows eve, o Víspera Santa, pues se refiere a la noche del 31 de octubre, víspera de la Fiesta de Todos los Santos. La fantasía anglosajona, sin embargo, le ha robado su sentido religioso para celebrar en su lugar la noche del terror, de las brujas y los fantasmas. Halloween marca un triste retorno al antiguo paganismo, tendencia que se ha propagado también entre los pueblos hispanos.

    Raíces paganas de Halloween

    Ya desde el siglo VI antes de Cristo los celtas del norte de Europa celebraban el fin del año con la fiesta de Samhein (o La Samon), fiesta del sol que comenzaba la noche del 31 de octubre. Marcaba el fin del verano y de las cosechas. El colorido de los campos y el calor del sol desaparecían ante la llegada de los días de frío y oscuridad.

    Creían que aquella noche el dios de la muerte permitía a los muertos volver a la tierra fomentando un ambiente de muerte y terror. La separación entre los vivos y los muertos se disolvía aquella noche y haciendo posible la comunicación entre unos y otros. Según la religión celta, las almas de algunos difuntos estaban atrapadas dentro de animales feroces y podían ser liberadas ofreciéndole a los dioses sacrificios de toda índole, incluso sacrificios humanos. Sin duda Samhein no es otro sino el mismo demonio que en todas las épocas busca implantar la cultura de la muerte.

    Aquellos desafortunados también creían que esa noche los espíritus malignos, fantasmas y otros monstruos salían libremente para aterrorizar a los hombres. Para aplacarlos y protegerse se hacían grandes hogueras. Estas hogueras tuvieron su origen en rituales sagrados de la fiesta del sol. Otras formas de evitar el acoso de estos macabros personajes era preparándole alimentos, montando macabras escenografías y disfrazándose para tratar de asemejarse a ellos y así pasar desapercibidos sus miradas amenazantes.

    ¿Como sabía aquella gente la apariencia de brujas, fantasmas y monstruos?. Al no conocer al verdadero Dios vivían aterrorizados ante las fuerzas de la naturaleza y las realidades del sufrimiento y la muerte. De alguna forma buscaban desahogar aquella situación dándole expresión en toda clase de fantasías. Todo lo feo, lo monstruoso y lo amenazante que se puede imaginar en figuras de animales y seres humanos constituye la base para darle riendas libres a la imaginación del terror.

    Mezcla con el cristianismo

    Cuando los pueblos celtas se cristianizaron, no todos renunciaron a las costumbres paganas. Es decir, la conversión no fue completa. La coincidencia cronológica de la fiesta pagana con la fiesta cristiana de Todos los Santos y la de los difuntos, que es el día siguiente, hizo que algunos las mezclaran. En vez de recordar los buenos ejemplos de los santos y orar por los antepasados, se llenaban de miedo ante las antiguas supersticiones sobre la muerte y los difuntos.

    Algunos inmigrantes Irlandeses introdujeron Halloween en los Estados Unidos donde llegó a ser parte del folklore popular. Se le añadieron diversos elementos paganos tomados de los diferentes grupos de inmigrantes hasta llegar a incluir la creencia en brujas, fantasmas, duendes, drácula y monstruos de toda especie. Desde USA, Halloween se ha propagado por todo el mundo.

    Algunas costumbres de Halloween

    Trick or Treat

    Los niños (y no tan niños) se disfrazan (es una verdadera competencia para hacer el disfraz mas horrible y temerario) y van de casa en casa exigiendo «trick or treat» (truco o regalo). La idea es que si no se les da alguna golosina le harán alguna maldad al residente del lugar que visitan. Para algunos esto ha sido un gracioso juego de niños. Ultimamente esta práctica se ha convertido en algo peligroso tanto para los residentes (que pueden ser visitados por una ganga violenta), como para los que visitan (Hay residentes que reaccionan con violencia y han habido casos de golosinas envenenadas).

    La Calabaza

    Según una antigua leyenda irlandesa un hombre llamado Jack había sido muy malo y no podía entrar en el cielo. Tampoco podía ir al infierno porque le había jugado demasiados trucos al demonio. Tuvo por eso que permanecer en la tierra vagando por los caminos, con una linterna a cuesta. Esta linterna primitiva se hace vaciando un vegetal y poniéndole dentro un carbón encendido. Jack entonces se conocía como "Jack of the Lantern" (Jack de la Linterna) o, abreviado, Jack-o-Lantern. Para ahuyentar a Jack-o-Lantern la gente supersticiosa ponía una linterna similar en la ventana o frente a la casa. Cuando la tradición se popularizó en USA, el vegetal con que se hace la linterna comenzó a ser una calabaza la cual es parte de las tradiciones supersticiosas de Halloween. Para producir un efecto tenebroso, la luz sale de la calabaza por agujeros en forma del rostro de una carabela o bruja.

    Fiestas de Disfraces

    Una fiesta de disfraces no es intrínsecamente algo malo. Pero si hay que tener cuidado cuando estas se abren a una cultura desenfrenada como la nuestra. Detrás de un disfraz se pueden hacer muchas cosas vergonzosas con impunidad. Con frecuencia se hace pretexto para esconderse y aprovecharse de la situación. Como hemos visto, los disfraces de Halloween tienen origen en el paganismo y por lo general aluden a miedo y a la muerte. Hoy día con frecuencia los disfraces se burlan de las cosas sagradas. Vemos, por ejemplo, disfraces de monjas embarazadas, sacerdotisas, pervertidos sexuales, etc. Nada de eso es gracioso y solo puede ofender a Dios.

    Con el reciente incremento de satanismo y lo oculto la noche de halloween se ha convertido en la ocasión para celebrar en grande toda clase ritos tenebrosos desde brujerías hasta misas negras y asesinatos. Es lamentable que, con el pretexto de la curiosidad o de ser solo por pasar el tiempo, no son pocos los cristianos que juegan con las artes del maligno.

    Jesucristo es la victoria sobre el mal

    La cultura moderna, jactándose de ser pragmática y científica, ha rechazado a Dios por considerarlo un mito ya superado. Al mismo tiempo, para llenar el vacío del alma, el hombre de hoy retrocede cada vez mas al absurdo de la superstición y del paganismo. Ha cambiado a Dios por el mismo demonio. No es de extrañar entonces que vivamos en una cultura de la muerte en la que millones de niños son abortados cada año y muchos mas mueren de hambre y abandono.

    Es más fácil dejarse llevar por la corriente de la cultura y regresar al miedo, a la muerte y a un "mas allá" sin Dios porque, sin la fe, el hombre se arrastra hacia la necesidad de protegerse de fuerzas que no puede dominar. Busca de alguna manera con sus ritos exorcizar las fuerzas superiores.

    Como católicos, profesamos que solo Jesucristo nos libera de la muerte. Solo Él es la luz que brilla en la oscuridad de los largos inviernos espirituales del hombre. Solo Él nos protege de la monstruosidad de Satanás y los demonios. Solo Él le da sentido al sufrimiento con su Cruz. Solo Él es vencedor sobre el horror y la muerte. Solo Dios basta para quién ha recibido la gracia y vive como discípulo de Cristo. Ante Cristo la cultura de la muerte cede el paso al amor y la vida.

    Alternativas a Halloween

    Los cristianos debemos no solo desenmascarar el mal sino ser además luz en las tinieblas. Debemos abogar por el retorno a la verdadera celebración de la Fiesta de Todos los Santos y la riqueza del festejo del Día de muertos . Se pueden hacer muchas celebraciones en torno al recuerdo de los santos.
    Un ejemplo puede ser nuestro Proyecto: Fiesta de Todos los Santos

    Los niños se pueden disfrazar de un santo favorito y aprenderse su vida, especialmente sus virtudes, con el fin de imitarlas. Los mayores pueden leer acerca de los santos, tener una fiesta en honor a un santo favorito de la comunidad o de la familia.

    En algunas comunidades que aun se mantienen cristianas se puede renovar la costumbre de pueblos españoles de ir de puerta en puerta cantando, tocando instrumentos musicales y pidiendo dinero para las «ánimas del Purgatorio».

    Aquellos que hagan el esfuerzo por vivir su fe lograrán en la Fiesta de Todos los Santos recordar que todos somos llamados a la santidad. Podrán conocer la vidas maravillosas de los santos que les ayudarán a vivir el Evangelio. Encontrarán además grandes amigos que intercederán desde el cielo por su salvación.

    Si tienes alguna duda escribe al Padre Jordi Rivero

    Consulta también Halloween, Origen, Mitos y Realidades

    Novena de oración por nuestros difuntos


    Catholic.net ha organizado, juntamente con diversos conventos y casas de religiosos y religiosas, una novena de oraciones por todos los Fieles Difuntos, con adoraciones, oraciones, el rezo del rosario, y una intención especial en la Santa Misa el día 2 de noviembre celebrada por sacerdotes amigos de Catholic.net que se han sumado a nuestra primer Novena de los Fieles Difuntos.

    Únase a nuestras oraciones, y envíenos los nombres de los difuntos a quienes usted desea que encomendemos. Tendremos un recuerdo especial para ellos durante los nueve días previos a la fiesta de los Fieles Difuntos el día 2 de noviembre. Si desea enviarnos los nombres y sus intenciones es muy sencillo, rellenando el formulario en nuestro sitio Novenas Catholic.net (click aquí) Nosotros enviaremos estos nombres e intenciones a los diversos conventos y casas de religiosos y religiosas, y sacerdotes diocesanos que se han sumado a esta Novena de los Fieles Difuntos.
  • Publicado: 04.11.2009, 13:02
     
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    Alhorí Julio-1960

    LXXXIX - ORACION DE UN CURSILLISTA



    No quería, Señor, Tú lo sabías.
    Tú lo sabes todo Señor, y no quería
    Enfrentarme contigo que soy yo.
    Me llamaste Señor
    Y me puse un tapón en los oídos que me diste.
    Te mostraste ante mis ojos;
    Me puse la cortina del orgullo,
    Y no quise ver que te habías crucificado por mí.

    Me empujaste. Dejé pasar tus brazos
    Puse el pie para que cayeras, sin pensar que tu lo sabías todo,
    Y fui yo, Señor, el que cayó.
    Y Tu, que lo puedes todo,
    Desclavaste los brazos de la cruz en mi tibieza
    Y me subiste hasta Ti con un gesto olímpico.

    Dame la bofetada de tu gracia para que llore como un hombre.
    Déjame beber, en el cántaro de tu pecho, el agua viva de tu muerte.

    Y te pido, Señor que yo no sea el Judas que traicione tu convite.
    ---

    Nota.-Ciertamente los Cursillos de Cristiandad eran y son un como monte Tabor donde descubrían, los que los hacían, a Cristo. Un Cristo vivo, real, atrayente y divino, el Dios grande y amoroso. Eran un Camino de Emaús donde el acompañante era el Cristo desconocido, que al partir el pan, compartir en la misma mesa sus sentimientos con los de Cristo, caían del caballo como Saulo y como el ciego de nacimiento decían: quien es el Mesías para que yo crea en él: Soy yo que hablo contigo. Y encontraban la verdadera felicidad y sentido de la vida.
  • Publicado: 12.11.2009, 17:25
     
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    12-Nov-2009

    Nota: añado hoy al siguiente documentado artículo de Joaquín Valverde que, D. Manuel de los Santos, era toda una institución cultural-musical para Guadix. No solo por los muchos años que dirigió la Banda Municipal, sino por la calidad de su Dirección. A sus Conciertos en el Escenario abierto en el Parque, acudíamos con interés, pues consiguió eso que denota siempre la máxima calidad: Oír el conjunto de la Orquesta al unísono de todos los instrumentos musicales sin estridencia alguna, sin señalamientos particulares de ninguno de ellos, formando una melodía compacta y melódica en los variadísimos tonos y sones, propios de la labor muy inteligente de un Director que dominaba su Orquesta con detalles de suave belleza que cautivaban a todos, creando un silencio profundo y atento mientras hacía brotar las interpretaciones como una fuente cristalina, saltarina que se dejaba escuchar entre los árboles y flores del Parque que acrecentaban aquel silencio sonoro y sublime cobijando en su bóveda catedralicia de ramas y hojas los variados sones que ávidos quedaban como engarzados en las hojas de acanto en capiteles corintios, o góticos con su haz de columnillas rematadas con hojas recortadas donde se aposentaba junto a los jilgueros la melodía en el dulce caer de la tarde.

    XC - DON MANUEL DE LOS SANTOS

    Por Joaquín Valverde - Alhorí- Julio-1960



    A la muerte de Don José María Santiago, excepcional Director de la Banda accitana durante cuatro años, a pesar de estar convocada la Plaza, ningún Director se presenta para cubrirla. El Ayuntamiento había interesado para ello al prestigioso Director de la Banda del Regimiento de Córdoba, residente en Granada, D. Juan mula.

    D. Luis Serrano, Alcalde a la sazón volvió a insistirle en carta en 14 de febrero de 1927., Decía: ?Mi distinguido amigo: en vista del retraso y dilaciones que sufre la provisión de la Plaza de Director de esta Banda Municipal y aprovechando sus buenos oficios y el interés que tiene demostrado en este asunto, le encarezco que con la actividad y celo que le distingue, nos envíe un maestro capacitado para cubrir la plaza e impedir que la Banda de este Ayuntamiento se deshaga. Ya sabe que el sueldo son 3,000 pesetas anuales y participación en las funciones. Perdone esta molestia y anticipándole las gracia....

    Pocos días después (25 de febrero de 1927) le contesta nuevamente D. Luis Ruiz a los resultados satisfactorios de D. Juan Mula, que le había escrito con anterioridad: ?recibida su atenta del 22, agradeciéndole en cuanto valen las gestiones que ha realizado para la adquisición de un buen Director de esta Banda de Música. Desde luego, aceptada la propuesta que hace de D. Manuel de los Santos, a quien puede participarle inmediatamente su nombramiento a fin de que, como indica, pueda tomar posesión en los primeros días del próximo Marzo. Y respecto a la indicación que hace de que su nombramiento sea aprobado por el Pleno, esté seguro de que esto se hace con todos los requisitos y formalidades debidas para mayor garantía de dicho señor. Repito a Vd. en nombre del Ayuntamiento y del mío propio las gracias más expresivas y esperando siempre sus gratas...

    Guadix-Baza, en los primeros días de Marzo se extrañaba de que no hubiera llegado D. Manuel de los santos, como tenía anunciado. Se trata, dice, de uno de los mejores músicos de España, que solo actuó en Madrid y Barcelona: que es un hombre firme, ecuánime y de excelente condición. Llegó pocos días retrasado y tomó posesión a la Banda.

    Dos años más tarde el Ayuntamiento Constitucional de Motril se dirige a D. Manuel para comunicarle que: La Comisión Municipal Permanente en sesión ordinaria celebrada el 3 de los corrientes, acordó por unanimidad nombrar a Vd. Director de la Banda Municipal de Música de esta ciudad, con el haber anual de 3.000 pesetas; 500 pesetas anuales más en concepto de entretenimiento de material, copias y custodia del archivo, teniendo derecho a quinquenio de 500 pesetas anuales. Lo que le complazco en comunicar a Vd. esperando se sirva firmar el duplicado de la presente. Motril 12 de enero de 1929. El Alcalde (rubricado ilegible)

    Aunque me han asegurado que el acuerdo fue tomado sin previa solicitud del interesado, cabe la duda de si hubo alguna desatención entre D. Manuel y el Ayuntamiento. Para mí es una interrogante.

    D. Eusebio Rivera, Director de la Municipal de Almería, al conocer la muerte de D. Manuel, le escribió al más distinguido discípulo, D. Esteban Regalado, quien me ha proporcionado las cartas autógrafas de referencia, condoliéndose de ello. Merecen destacarse los siguientes párrafos de dicha carta: "¡Cuantos pasamos el mundo sin dejar rastro en bien del prójimo! ¡Cuantos y cuantos, por no molestarnos, dejamos que se pierdan las inteligencias que a nosotros llegan! En esto, el maestro Santos es un ejemplo, un modelo que todos (los educadores) deberíamos imitar.Hay que sentir como el Maestro santos, sentir con esa energética caridad que hace modelar el futuro de aquel niño."

    Efectivamente, D. Manuel de los Santos fue un didáctico singular, un formidable solfista a través de su dilatada labor docente musical durante más de cincuenta años. Prueba de ello es el testimonio irrefutable de sus múltiples discípulos diseminados por el mundo. Recuerdo a José Raya Infantes, que con su trompeta triunfa en Brasil y Sudamérica.

    La predicción del Semanario GUADIX-BAZA fue certera. Y respecto a la rectitud, firmeza y ecuanimidad de su carácter aún están patentes en la mente de sus amigos, de sus alumnos, de cuantos le conocimos.
  • Publicado: 19.11.2009, 12:20
     
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    Alhorí-Jun-1960

    XCI - EL DEDO EN LA LLAGA



    (Nota: Casi medio siglo después de este artículo, por unos u otros motivos, ¿seguimos igual, mejor o peor?)
    ---

    Desde aquellos infelices años de la guerra y de la primera posguerra, gracias a Dios superados, había desaparecido de nuestra vida pública el espectro aterrador de las famosas "colas". Las cartillas de racionamiento hicieron un dignísimo mutis en la escena con el aplauso general de un pueblo que había finalizado triunfalmente un acto más de su drama de recuperación.

    Pero nuestra serena satisfacción ha sufrido un sobresalto ante la repentina reaparición de aquel espectáculo que vuelve a nuestras calles, renovado y enriquecido con la presencia de dos nuevos elementos: la garrafa para el petróleo y la lata para la leche.

    Resulta triste, pero hay que re conocerlo. Otra vez teníamos las "colas". Colas de seres humanos que se enfilan resignadamente y sufren estoicamente las inclemencias del tiempo para obtener lo que, en justicia o en caridad, les pertenece. Colas que comienzan a formarse en las primeras horas de la mañana, - y a veces de la madrugada - y se prolongan inverosímilmente a través del espacio y del tiempo -. Colas de personas, con su naturales ocupaciones y sus, también naturales, limitaciones que, llegadas al borde de su resistencia, se derraman lógicamente en expresiones de cansancio, de protesta y hasta de abandono del puesto. Frente a ellas se sitúan los responsables del reparto. Ellos no tienen que madrugar, ni tienen otras obligaciones en aquellas circunstancias. Llegan a su sitio con el tiempo justo y se marchan cuando les llega la hora de comer. Con el gesto imperturbable cortan, cierran y se ausentan satisfechos. Realmente, en justicia, no tenemos nada que reprocharles. Pero lo cierto es que los otros, los que quedan, sudando o tiritando, se resisten a admitir, como justa, esta situación y culpan a unos o a otros con la acritud correspondiente a las circunstancias.

    Nosotros, colocándonos en terreno imparcial, hemos de confesar, a fuer de sinceros, que existen motivos para quejarse. Tanto más si reconocemos que a lo dicho hay que añadir la gravedad de ciertas actitudes y de algunos abusos que, según la voz popular, se cometen con más disimulado descaro. Y esto, amigos, creemos que es intolerable.

    Al denunciar este hecho, no queremos acusar a nadie. Tal vez ninguno de los que intervienen sea responsable y consciente totalmente del problema. Queremos solamente pedir, utilizando el derecho que os da nuestra condición de ciudadanos libres, la intervención eficaz de la autoridad en estos asuntos. No basta la presencia de un funcionario municipal para satisfacer el cometido de la Autoridad. Creemos que es necesario un sincero examen de los hechos y una decisiva resolución del caso. Y si a esto no se llega, urge, en bien de la sociedad y en evitación de posibles desórdenes la reforma del sistema actual del reparto y prestación de un servicio más rápido y eficiente. Aunque para esto haya que aumentar el número de los empleados.
    Si el problema no tuviera solución callaríamos. Pero consideramos que sí la tiene. Y, en nombre de la dignidad pública, la reclamamos.
  • Publicado: 25.11.2009, 10:44
     
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    Alhorí-Junio-1960

    XCII - ANTONIO PEREGRÍN PEREZ



    Los dioses griego gustaban de arrebatar la vida a los héroes cuando estos eran jóvenes, y aquellos no tenían entrañas de misericordia.
    D. Antonio Peregrín ha muerto. Nuestro Dios se ha llevado de entre nosotros, a un hombre, a sus treinta y dos años de edad.

    Jamás se le sorprendió en la menor infracción de sus deberes ni en el Seminario ni en su vida Sacerdotal.

    Fue un hombre perfecto del que se puede escribir la vida de un santo.

    Su vida sencilla y oculta agranda más su virtud.

    Antonio ha sido una víctima de Dios. Cada Santo es como una nueva crucifixión y Cristo fue el Cordero victimal inmolado por la exigencia de la justicia y el amor infinito del Padre.

    Cada Santo redime parte de su tiempo y, sobre él Dios pone la cruz de su justicia, es como otro Cristo, un trozo de su Encarnación. Antonio ha muerto y era como un ángel. Solo faltan los milagros para verle entre los que llevan tan difícil trofeo.

    Le envió el Señor, no para que se le conociese, sino para que en su humildad le ofreciese el secreto de una vida limpia. Contraste con la hojarasca de tantas vidas.

    En la capilla del Cementerio de Granada el Sr. Obispo hizo resaltar estas tres virtudes practicadas en grado heroico por Antonio: su Fe en la Eucaristía, su gran espíritu de oración y su pureza.

    Estas son las notas distintivas de toda su vida a lo que nosotros le añadimos el de su rectitud y entereza Sacerdotal.

    Era tan Santo, que Dios no le ha permitido siquiera vivir ni morir entre nosotros. Tal vez desde que murió el santo Obispo Median Olmos, como castigo a Guadix, no seamos dignos de que un Santo viva en nuestra tierra.

    Un hombre, de tal valía en virtud y ciencia, siempre es admirado, pero sin embargo, Dios quiso que viviera sólo como Capellán y Profesor en un Colegio de religiosas en Granada.

    Un símbolo de amor a la verdad que le llevó a la soledad. Pero tenía que ser así, de otra forma hubiese sido uno más, sin el heroísmo de los Santos.

    Nota (Era de un curso posterior al mío, y mi amigo. Estudió Teología en Comillas. Tanto en el Seminario, como ya de Sacerdote, verdaderamente era un hombre de silencios y, además, cantaba el gregoriano como un monje de Silos. En su entierro, en Granada, solo estuvimos el grupo de mis amigos)
  • Publicado: 30.11.2009, 23:10
     
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    ¿MES DE LA NAVIDAD O FIESTAS DE INVIERNO?

    Nos quieren arrebatar hasta la Navidad.
    Y esto con el descalabro mental de una "nueva religión atea". Nos quieren convertir, retrotraer al paganismo, a sus "dogmas" que la misma ciencia ya condena y rechaza por irreales, fantasmagóricos o supersticiosos, ya que solo se quedan en la expresión natural de una acción de gracias a la naturaleza sin el alma vivificante de una gran trascendencia del siempre inquieto espíritu del hombre que, en todos los tiempos, ha buscado el verdadero sentir religioso de todos sus festejos, es decir: Buscaban al único y verdadero Espíritu (DIOS, el DESCONOCIDO), que suplantaban por imágenes inventadas o por hechiceros o intelectuales antes de conocer la REVELACIÓN DEL AUTÉNTICO Dios.
    Y otros nuevos "salvadores" hoy, quieren liberar al mundo, nada menos que de Dios.
    Y esa Historia, hoy, la quieren repetir como Herodes, intentando eliminar de nuevo al Niño, a la Sabiduría, y suplirla con una amplia cultura de la muerte, en parte impidiendo nacimientos, o después, arrasando la inocencia para poder implantar el reino de su libertinaje "religioso ateo", volviendo al paganismo, adorando siempre a un ídolo.
    Quieren robar a parte de la infancia aún su derecho a nacer. Quieren robar a la infancia la alegría de los mantecados y regalos ante el divino pesebre, educándolos en el manuseo del placer exacerbado, anticipándose a la misma estructura natural.
    Quieren la muerte de la feliz inocencia. Todo englobado en el "progreso" para ellos científico (falso y trágico) de la cultura de la muerte.
    ¡Grandes pedagogos! ¡Sin respeto aún a sus propios hijos!
    En lugar de los alegres y bellos villancicos acompañados por la dulzura de la zambomba y el sonsonete de las panderetas, les quieren forzar a través de los sesudos y forzados talleres del sexo, (con influencia inevitable para todas las edades), anticipando lo que es bello a su tiempo natural, y lo convierten en el epicentro de la pérdida de la hasta hoy admirada inocencia que sí respeta la naturaleza.
    Aplíquenselo a sus hijos y nietos, los demás queremos que a su tiempo vayan descubriendo con ayuda educacional natural, a la que complemente la ayuda sobrenatural, esos maravillosos y a veces huracanados e irresistibles secretos para lo que la misma naturaleza espera siempre su momento.
    Para nosotros, débiles como todos, sabemos que del árbol del Bien, de la "siempre Virgen" Madre de Dios, nos ha nacido el fruto: el Niño, y este, después nos dirá: tomad y comed todos de este pan, y el que lo coma no morirá, y su fruto es Vida y agua que saltan a la esperanza de la vida eterna.
    Quien escandalizare a uno de estos pequeños mejor le sería que se arrojase al mar.
    Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios.

    Por ello, Educación natural, pero ayudada de la sobrenatural porque la virtud no es fácil para nadie y, sí lo viciado.
    No volvamos al paganismo porque ya conocemos al verdadero Dios que nos ha trazado el camino.

    Y como dice un Obispo:
    "La tan mentada neutralidad religiosa del Estado en el ámbito educativo, el célebre laicismo escolar, no es compatible con la imposición de una dogmática constructivista y atea que resulta una especie de religión secular, ajena a la tradición nacional y a los sentimientos cristianos de la mayoría de nuestro pueblo".

    El Arzobispo platense cuestionó el manual gubernamental por inculcar en niños y adolescentes el derecho al sexo como un derecho humano sin referirse al "amor, la responsabilidad, el matrimonio y familia como proyecto de vida", y también por ofrecer una visión "neomarxista" al interpretar la sexualidad según la dialéctica del poder".

    Es "su progreso". ¿No hay valores más que los que imponga el temporal mandatario de turno como si fuese un Dios eterno, cuando el siguiente gobernante puede cambiar su falsa moral?
    Ese Niño que nacerá en Belén, es el único Maestro, ¿perseguido por el Herodes de turno?
    ¡Y despues crucificado por ser la Verdad y la Santidad!




    (Los siguientes artículos, antes de la Navidad, los voy a dedicar a La Nochebuena del poeta de P. Antonio de Alarcón, publicada en Alhorí. Son un espejo de los sentimientos familiares en torno, nada menos, que a la festividad del nacimiento de Dios en el hijo de María, cuyo acontecimiento, el más grande de todos los siglos, nunca podemos olvidar y agradecer, y más en estos tiempos en los que ya se ha propuesto en algún Parlamento antiespañol, suprimir la Fiestas de Navidad por las antiguas paganas de las Fiestas de Invierno.
    ¡Pobre España la de estos retrogados pletóricos de odio, enemigos de Dios y de España, que se empeñan en que, a pesar de ello, les llamemos progresistas!)
  • Publicado: 10.12.2009, 19:30
     
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    XCIII - ALARCÓN EN ÁFRICA (I)

    Alhorí- Junio-1960



    Al cumplirse los cien años de la contienda político-militar que se llamó GUERRA DE ÁFRICA, plumas eruditas, han dado a conocer a muchos y recordado a otros, episodios y pormenores de la gesta memorable.

    Han exhumado al par una copiosísima bibliografía, donde como joya literaria de valor muy estimable, destaca el DIARIO DE UN TESTIGO, que al ser evocado ahora, reverdece para nuestro paisano los laureles que en él lograra, como maestro consumado en el arte de narrar.

    Pero lo que nadie hasta el presenta ha dicho, ni tampoco (que yo sepa) explicó ninguno de sus biógrafos, fueron los motivos que impulsaron al escritor de veintiocho años a troncar voluntariamente su existencia placentera en la corte (para él cada día más placentera) por aquella otra castrense, de la grandeza y servidumbre que A. de Vigni tan bellamente relató.

    Porque si bien es sabido de todos, que nuestro Pedro A. de Alarcón siempre fue un romántico, no dio paso tan trascendental para su vida, tan solo por aquel su africanismo, que como ha dicho muy bien un gran escritor contemporáneo, -encuentra sus raíces en la geografía, en la historia y que mira a África como visión clara de España-, ni tampoco fue acuciado a ello por un afán de aventura, henchida su fogosa imaginación de quiméricas ambiciones byronianas. Es que al tiempo que en ambos lados políticos del Estrecho se anubarrada el cielo político, presagiando la tormenta que no tardaría en desencadenarse, en lo más profundo del alma del poeta, se fraguaba también otra tempestad espiritual, un conflicto de conciencia, que sincera (y románticamente también) creyó debía de resolverlo en los campos de batalla.

    Y como (según acontece en tales crisis) sintiera imperiosa necesidad de un confidente generoso, depositario de sus inquietudes, que le pudiese aliviar del peso que oprimía su corazón, haciéndole vislumbrar horizontes de más confortadora beatitud, no pudo encontrar mejor en aquel que por innumerables razones y con más tilos que nadie, podía plenamente comprenderle, y absolverle.

    Así es, que apenas puso sus plantas en tierras africanas, dirigió al sabio Obispo de Guadix aquella carta admirable, donde le abre de par en par las puertas del jardín de su alma, en el que, si brotaron esporádicamente cardos espinosos, perduraban inmarchitables la rosas de cristianas virtudes arraigadas al calor de aquel hogar paterno, que hubo de añorar en "La Nochebuena del poeta".

    Y si admirable fue la carta que Alarcón escribiera a su Prelado, no menos admirable fue la respuesta que aquel varón insigne se apresuró a enviarle a su campamento, analizando el caso de conciencia, con la noble dignidad de su elevada jerarquía y la solicitud el pastor celoso, que procura hacer tornar al rebaño la ovejuela momentáneamente descarriada, con peligro de perdición.

    Y es forzoso abrigar la certidumbre, de que aquella episcopal misiva, inundaría el corazón de nuestro paisano del más alentador consuelo que un año después sentiría acrecentado al máximo, cuando la mano santa de Pio IX su alzara sobre su frente, trazando sobre ella el signo de la Redención.
    T.G.F.
  • Publicado: 11.12.2009, 12:38
     
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    XCIV - ALARCÓN EN ÁFRICA (II)

    Alhorí-Agosto 1960



    Este nuevo artículo complementa al anterior para dar entrada a la publicación de "La Nochebuena del poeta".

    ALTOS CARGOS MILITARES EXPRESAN SU TEMOR DE CUALQUIER AZAR DESDICHADO PARA PEDRO ANTONIO DE ALARCÓN EN LA GUERRA DE AFRICA.

    Tan grata fue la acogida que todas las clases sociales dispensaron a las crónicas de guerra de nuestro paisano, y tantas las simpatías a que por ellas se hizo acreedor, que un núcleo de sus admiradores llegó a temer que cualquier azar desdichado y posible en aquella contienda, pudiera truncar con la pluma que las escribiera con aquellos cuadernitos que tan bellamente inflamaban el ardor patriótico de todos los españoles. Y para prevenir contingencias tan dolorosas, dirigieron a uno de los más altos mandos militares, la carta que a continuación se transcribe.

    Excmo. Sr. D. Antonio Ros de Olano, Comandante general del tercer cuerpo del Ejército de África.

    Guadalajara 13 de enero de 1860.
    Muy Sr. Nuestro y de toda consideración y respeto. Los abajo firmantes suscritores de la interesante publicación española que con el título de " Diario de un testigo de la guerra de África", está dan a luz el testigo y fecundo escritor D. Pedro Antonio de Alarcón, si bien celebramos con el más verdadero entusiasmo las pruebas de arrojo que como soldado voluntario y a las inmediatas órdenes de V. E. está dando el referido publicista, lamentamos no obstante, que tan predilecto hijo de las letras, con gran sentimiento de cuantos, conocen su valía literaria, haya trocado la espada por la pluma, en los momentos en que más necesita el ejército español de un cantor que celebrando sus glorias las haga, imperecederas transmitiéndolas a la posteridad.
    Loables es, Excmo. Sr. La conducta de los que como el Sr. Alarcón, combaten por el triunfo de nuestras armas al lado de V. E; no es tampoco nuevo, lo sabemos, que los poetas españoles cuelguen su lira para correr en pos del peligro y del estruendo de las batallas; pero como V-E. comprenderá muy bien los servicios que el Sr. Alarcón puede prestar a la Patria con la espada no rivalizarán nunca con los que pueda prestar a la historia y a la literatura con la publicación de su "Diario de la guerra".
    En una palabra, Excmo. Sr., así como el soldado de hecho y de derecho pertenece a las batallas sin que le sea dado prescindir de sus infortunios ni de sus triunfos, el poeta pertenece también al público que le es adepto.
    V. E. lo sabe, no es menos benemérita la conducta de los que se afanan por sostener viva la fe del pueblo que da sus hijos para el combate que la de estos mismos hijos que derraman su sangre en pro de la causa nacional.
    Todos servimos para empuñar un fusil, pero son muy pocos los que poseen el envidiable privilegio de ser historiadores y poetas a la vez. Don Pedro Antonio de Alarcón pertenece a estos últimos y movidos de un sentimiento altamente patriótico y literario nos atrevemos a dirigir a V. E., la presente carta a fin de que contenga en cuanto le sea dable en los momentos de peligro al soldado sr. Alarcón a fin de preservarnos por este medio al escritor de quien tanto esperan los 20,000 suscriptores que vemos en él, el más fiel y elocuente interprete de nuestra gloriosa expedición al África.
    Dígnese V. E. Aceptar el testimonio de la profunda consideración con que se ofrecen de V. E. atentos y seguros servidores q. s. m. b
  • Publicado: 14.12.2009, 10:37
     
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    XCV - LA NOCHE BUENA DEL POETA (I)

    Pedro Antonio de Alarcón - Alhorí-Diciembre-1960



    (Introducción publicada en El Látigo)

    Alarcón fue un hombre de hogar, tenía que serlo, Nacido en un rincón donde la ventolera de un pseudo modernismo no había quebrantado la fuerza secular de la vida hogareña, de ahí ese aroma familiar que tanto anima sus escritos. Por eso fue un enamorado cantor de la Nochebuena, de esta noche de amor y misterio en que con toda solemnidad y fervor de un rito se consagra la fecunda paz del hogar doméstico. Y así la primera Nochebuena que pasó solo, lejos del valle donde aprendió a celebrarla, sale de su pluma, sin tener los ojos enjutos como dijo Trueba, esa página desgarradora y patética de la "Nochebuena del poeta", con la fuerza que le presta la sinceridad de una contrición, el empuje avasallador de anhelo, la situación de un alma que lucha por un mañana prometedor y glorioso que solo se presta a ser realidad con la previa renuncia de un ayer, saturado de emociones, solera de afectividades, fuente de ideas, troquel de un carácter.
    Y a través de su relato - que tiene sabor de ofrenda y tinos de elegía - la casa de Alarcón en Guadix de 1840, es tan dulce y consoladora que hay en ella un fervor tan respetuoso, una atmósfera tan perfumada de honradez, una sencillez tan infantil, un sello de grandeza y de ternura que el poeta Grillo leía ese primer trozo del artículo para ilusionarse invitado a pasar esa noche, en compañía de la familia cuyo hogar - tan a maravilla - evocaba su deudo.
    Y aunque el precioso trabajo alarconíano, referido a su texto, solo haga relación a una situación personalísima y concreta, como el alma de Alarcón era de esas almas - espejos que hablando de sí hablan de todos porque a todos reflejan - en el fondo "La Nochebuena" es un poema de la vocación, el eterno problema de los hombres: encuadrarse en la vida cada cual en su puesto, ¿en cual? Eso lo dirá el hombre divino que cada uno llevamos dentro. El secreto del éxito consiste en saberlo oír y en seguir dóciles sus consejos, a despecho de sacrificios y dificultades. Nada hay tan trágico para un hombre que medianamente se oiga a sí mismo que la falta de ecuación entre su vida interior y su labor externa. Ese dolor, el dolor que produce en el alma ese desequilibrio, es infinitamente superior a todos los que se sufran para evitarlo, que el paciente soporta con alegría la violenta intervención quirúrgica que ha de librarle de mayor sufrir, de un eterno sufrir.
    Por eso Alarcón, hablándonos de sí mismo hablaba de todos y a todos con el argumento de la ilusión soñada y mantenida en alto sobre la ramplonería y el egoísmo de un ambiente que le negaba el eco, sobre las dificultades económicas que si trataban la posibilidad no pueden ahogar el deseo. Y porque Alarcón -sufriendo - se oyó es por lo que venció. Sus sucesivas Nochebuenas, la pasada en África -1859 - y la transcurrida en Roma -1860 - no tienen ya el espíritu triste y angustioso de la del poeta de 1885, y es que sobre el campamento tenía un tono de cordialidad derivado de la hermandad del peligro y la tertulia de españoles un no se qué de fraternidad en la ausencia de la patria común, -ambas - en África y en Roma - un cierto rescoldo de hogar provinciano, la fortuna empezaba a distinguirle, como mujer enamorada que gusta de sembrar de matorrales el amino para avisar el ansia y fortalecer el sentimiento.
    Por lo que tenga de valor docente para la juventud que pide su puesto en la vida y por lo que tenga de exaltación emocional del hogar, de un hogar accitano por añadidura, el Ayuntamiento de Guadix cumple en memoria del glorioso escritor, su deber de divulgar este trabajo, esa "Nochebuena del poeta" de Alarcón, que, como escribió el otro poeta de "Las Ermitas de la Sierra de Córdoba" es tan buena como esa noche misma.

    "En un rincón hermoso
    De Andalucía
    Hay un valle risueño,
    ¡Dios lo bendiga!
    Que en ese valle
    Tengo amigos, amores
    Hermanos y padres.

    (De El Látigo)

    I
    Hace muchos años (como que yo tenía siete) que, al oscurecer de un día de invierno, y después de rezar las Tres avemarías al toque de Oraciones, me dijo mi padre con voz solemne:
    Pedro: Hoy no te acostarás a la misma hora que las gallinas; ya eres grande y debes cenar con tus padres y con tus hermanos mayores. Esta noche es Nochebuena.
    Nunca olvidaré el regocijo con que escuché tales palabras.
    ¡Yo me acostaría tarde!
    Dirigí una mirada de triunfo a aquellos de mis hermanos que eran más pequeños que yo y me puse a discurrir el modo de contar en la escuela, después del día de reyes, aquella primera aventura, aquella primera calaverada, aquella primera disipación de mi vida.
    II
    Eran ya las Ánimas, como se dice en mi pueblo.
    ¡En mi pueblo: a noventa leguas de Madrid: a mil leguas del mundo: en un pliegue de Sierra Nevada!
    ¡Aún me parece veros, padres y hermanos! Un enorme tronco de encina chisporreteaba en medio del hogar; la negra y ancha campana de la chimenea nos cobijaba: en los rincones estaban mis abuelas: que aquella noche se quedaban en nuestra casa a presidir la ceremonia de la familia; en seguida se hallaban mis padres, luego nosotros, y entre nosotros, los criados.
    Porque en aquella fiesta todos representábamos la Casa, y a todos debía calentarnos un mismo fuego.
    Recuerdo, sí, que los criados estaban de pie y las criadas acurrucadas o de rodillas. Su respetuosa humildad les vedaba ocupar asiento.
    Los gatos dormían en el centro del círculo, con la rabadilla vuelta a la lumbre.
    Algunos copos de nieve caían por el cañón de la chimenea, ¡por aquel camino de los duendes!
    ¡Y el viento silbaba a lo lejos, hablándonos de los ausentes, de los pobres, de los caminantes!
    Mi padre y mi hermana mayor tocaban en arpa, y yo los acompañaba a pesar suyo, con una gran zambomba.
    ¿Conocéis la canción de los Aguinaldos, la que se canta en los pueblos que caen al oriente del Mulhacén?
    Pues a esa música se redujo nuestro concierto.
    Las criadas se encargaron de la parte vocal, y cantaron coplas como la siguiente:

    Esta noche es Nochebuena,
    Y mañana Navidad:
    Saca la bota, María,
    Que me voy a emborrachar.

    Y todo era bullicio; todo contento. Los roscos, los mantecados, los alajú, los dulces hechos por las monjas, el resolí, el aguardiente de guindas circulaba de mano en mano, Y se hablaba de ir a la Misa del Gallo a las doce de la noche, y a los Pastores al romper el alba, y de hacer sorbete con la nieve que tapizaba el patio, y de ver el Nacimiento que habíamos puesto los muchachos en la torre.
    De pronto en medio de aquella alegría, llegó a mis oídos esta copla, cantada por mi abuela paterna:

    La Nochebuena se viene
    La Nochebuena se va,
    Y nosotros nos iremos
    Y no volveremos más.

    A pesar de mis pocos años, esta copla me heló el corazón.
    Y era que se habían desplegado súbitamente ante mis ojos todos los horizontes melancólicos de la vida.
    Fue aquel un rapto de intuición impropia de mi edad, fue milagroso presentimiento; fue un anuncio de los inefables tedios de la poesía; fue mi primera inspiración. Ello es que vi con una luz maravillosa el fatal destino de las tres generaciones allí juntas y que constituían mi familia. Ello es que mis abuelas, mis padres y mis hermanos me parecieron un ejército en marcha, cuya vanguardia entreva ya en la tumba mientras que la retaguardia no había acabado de salir de la cuna. ¡Y aquellas tres generaciones componían un siglo! ¡Y todos los siglos habrían sido iguales! ¡Y el nuestro desaparecería como los otros, y como todos los que vinieran después!.

    La Nochebuena se viene
    La Nochebuena se va.

    Tal es la implacable monotonía del tiempo, el péndulo que oscila en el espacio,la indiferente repetición de los hechos, contrastando con nuestros leves años de peregrinación por la tierra.

    ¡Y nosotros nos iremos
    Y no volveremos más!

    ¡Concepto horrible, sentencia cruel, cuya claridad terminante fue para mí como el primer aviso que me daba la muerte., como el primer gesto que me hacía desde la penumbra del porvenir!
    Entonces desfilaron ante mis ojos mil Nochebuenas pasadas, mil hogares apagados, mil familias que habían cenado juntas y que ya no existían; otros niños, otras alegrías, otros cantos perdidos para siempre; los amores de mis abuelas, sus trajes abolidos, su remota jientud, los recuerdos que le asaltarían en aquel momento; la infancia de mis padres, la primera Nochebuena de mi familia, todas aquella dichas de casa anteriores a mis siete años. ¡Y luego adiviné, y desfilaron también ante mis ojos mil Nochebuenas más, que vendrían periódicamente, robándonos vida y esperanza; alegrías futuras en que no tendríamos parte todos allí presentes, mis hermanos que se esparcirían por la tierra, nuestros padres que naturalmente morirían antes que nosotros; nosotros solos en la vida, el siglo XIX sustituido por el XX; aquellas brasas hechas cecina; mi juventud evaporada; mi ancianidad mi sepultura, mi memoria póstuma, el olvido de mí; la indiferencia, la ingratitud con que mis nietos vivirían de mi sangra, reirían y gozarían, cuando los gusanos profanaran en mi cabeza el lugar en que entonces concebía aquellos pensamientos!...
    Un río de lágrimas brotó de mis ojos. Se me preguntó por qué lloraba, y, como yo mismo no lo sabía, como no podía discernirlo claramente como de manera alguna habría podido explicarlo, interpretóse que tenía sueño y se me mandó acostar.
    Lloré, pues, de nuevo con este motivo, y corrieron untas, por consiguiente mis primeras lágrimas filosóficas y mis últimas lágrimas pueriles, pudiendo hoy asegurar que aquella noche de insomnio, en que oí desde la cama el gozoso ruido de una cena al que yo no asistía por ser demasiado niño (según se creyó entonces), o por ser ya demasiado hombre (según deduzco yo ahora) fue una de las más amargas de mi vida.
    Debí al cabo de dormirme pues no recuerdo si quedaron o no en conversación la Misa del Gallo, la de los pastores y el sorbete proyectado.

    III
    ¿Dónde está mi niñez?
    Paréceme que acabo de contar un sueño.
    ¡Qué diablo! ¡Ancha es Castilla!
    Mi abuela paterna, la que cantó la copla, murió hace ya mucho tiempo.
    En cambio mis hermanos se casan y tienen hijos.
    El arpa de mi padre rueda entre los muebles viejos, rota y desconcertada.
    Yo no ceno en mi casa hace unas Noches-buenas.
    Mi pueblo ha desaparecido en el océano de mi vida, como islote que se deja atrás el navegante.
    Yo no soy ya aquel Pedro, aquel niño, aquel foco de ignorancia y de angustia que penetraba temblando en la existencia.
    Yo soy ya, ¡nada menos que un hombre, un habitante de Madrid, que se arrellana cómodamente en la vida, y se engríe de su amplia independencia, como soltero, como novelista, como voluntario de la orfandad que soy, con patillas, deudas, amores y tratamiento de usted!
    ¡Oh! Cuando comparo mi actual libertad, mi ancho vivir, el inmenso teatro de mis operaciones, mi temprana experiencia, mi alma descubierta y templada como piano en noche de concierto, mis atrevimientos mis ambiciones y mis desdenes, con aque rapazuelo que tocaba la zambomba hace quince años en un incón de Andalucía, sonríome por fuera, y hasta lanzo una carcajada, que considero de mmuy buen tono, mientras que mi solitario corazón destila en su lóbrega caverna, procurando que no las vea nadie, lágrimas de infinita melancolía.
    ¡Lágrimas santas, que un sello de franqueo lleva al hogar tranquilo donde envejecen mis padres!

    IV
    Conque vamos al negocio, pues, como dicen los muchachos por esas calles de Dios:

    Esta noche es Nochebuena
    Y no es noche de dormir,
    Que está la Virgen de parto
    Y a los doce ha de parir.

    ¿Dónde pasaré la noche?
    Afortunadamente puedo escoger.
    Y si no, veamos.
    Estamos a 24 de Diciembre de 1885, en Madrid.
    Conocemos por sus nombres a los mozos de los cafés.
    Tratamos tú por tú a los poetas aplaudidos, semidioses, por más señas, por los aficionados de provincias.
    Visitamos los teatros por dentro, y los actores y los cantantes nos estrechan las manos entre bastidores.
    Penetramos en la redacción de pos periódicos, y estamos iniciados en la alquimia que los produce. Hemos visto los dedos de los cajistas tiznados con el plomo de la palabra, y los dedos de los escritores tiznados con la tinta de la idea.
    Tenemos entrada en una tribuna del Congreso, crédito en las fondas, tertulias que nos aprecian, sastre que nos soporta.
    ¡Somos felices! Nuestra ambición de adolescente está colmada. Podemos divertirnos mucho esta noche.
    Hemos tomado la tierra. Madrid es país conquistado. ¡Madrid es nuestra patria! ¡Viva Madrid!
    Y vosotros, jóvenes provincianos, que, a la caída de la tarde, en el otoño, solitarios y tristes, sacáis a pasear por el campo vuestros impotentes deseos de venir a la corte; vosotros, que os sentís poetas, músicos, pintores, adoradores y aborrecéis vuestro pueblo, y no habáis con vuestros padres, y lloráis de ambición y pensáis en suicidaros?,vosotros, ¡reventad de envidia, como yo reviento de placer!

    V

    Han pasado dos horas.
    Son las nueve de la noche.
    Tengo dinero.
    ¿Donde cenar?
    Mis amigos, más felices que yo, olvidarán su soledad en el estruendo de una orgía.
    ¡La noche es de vino!, exclamaban hace poco.
    Yo no he querido ser de la partida.
    La noche es de lágrimas, les he contestado con desdén.
    Mis tertulias están en los teatros.
    ¡Los madrileños celebran la Navidad de nuestro Señor Jesucristo oyendo disparatar a los comediantes!
    Algunas familias, en las que soy extranjero, me han querido dar la limosna de su calor doméstico, convidándome a comer, ¡porque ya no cenamos!...Pero yo no he ido, yo no iré; yo no quiero eso, yo busco mi cena pascual, la colación de Nochebuena, mi casa, mi familia, mis tradiciones, mis recuerdos, las aguas alegrías de mi alma, ¡la Religión que me enseñaron cuando niño!

    (Continuará)
  • Publicado: 20.12.2009, 20:39
     
    ASandy
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    XCV - LA NOCHE BUENA DEL POETA (II)

    Pedro Antonio de Alarcón - Alhorí-Diciembre-1960



    VI
    ¡Ah! Madrid es una posada.
    En noches como esta se conoce lo que es Madrid.
    Hay en la corte una población flotante, heterogénea, exótica, que pudiera comprarse a la de los puertos francos, a la de los presidios, a la de las casas de locos.
    Aquí hacen alto todos los viajeros que van de paso al porvenir, al reino fantástico de la ambición, o los que vuelven de la miseria o del crimen.
    La mujer hermosa viene aquí a casarse o a prostituirse.
    El literato, por gloria.
    El diputado a ser ministro.
    El hombre inútil, por el empleo.
    Y el sabio, el inventor, el cómico, el poeta, el gigante, el enano; así el que tiene una rareza en el alma, como el que la tiene en el cuerpo; lo mismo el monstruo de siete brazos o de tres narices, que el filósofo de doble vista,; el charlatán, que el reformador; el que escribe melodías sublimes, que el que hace billetes falsos, todos vienen a vivir algún tiempo a esta inmensa casa de huéspedes.
    Los que logran hacerse notar; los que encuentran quien los compre; los que se enriquecen a costa de sí mismos, se tornan en posaderos, en caseros, en dueños de Madrid olvidándose del suelo en que se criaron.
    Pero nosotros, los caminantes, los inquilinos, los forasteros,, nos damos cuenta esta noche de que Madrid es un vivac, un destierro, una prisión, un purgatorio.
    Y por la primera vez en todo el año conocemos que ni el café, ni el teatro ni el casino, ni la fonda ni la tertulia son nuestra casa.
    Es más ¡conocemos que nuestra casa no es nuestra casa!

    VII
    La Casa, aquella mansión sagrada para el patriarca antiguo, para el ciudadano romano, para el señor feudal, para el árabe; la Casa arca santa de los Penates, templo de la hospitalidad, tronco de la raza, altar de la familia ha desaparecido completamente en las capitales modernas.
    La Casa existe todavía en los pueblos de provincia.
    En ellos, nuestra Casa es casi siempre nuestra.
    En Madrid, casi siempre es del casero.
    En provincias, cuando menos, la casa nos alberga veinte, treinta, cuarenta años seguidos.
    En Madrid se muda de casa todos los meses, o, más tardar, todos los años.
    En provincias la fisonomía de la casa siempre es igual: simpática, cariñosa, envejece con nosotros; recuerda nuestra vida: conserva nuestras huellas.
    En Madrid se revoca la fachada todos los años bisiestos; se visten las habitaciones con ropa limpia, se venden los muebles que consagró nuestro contacto.
    Allí nos pertenece todo el edificio; el yerboso patio, el corral lleno de gallinas, la alegre azotea, el profundo pozo terror de los niños, la torre monumental, los anchos y frescos cenadores.
    Aquí habitamos medio piso, forrado de papel, partido en tugurios, sin vistas al cielo, pobre de aire, pobre de luz.
    Allí existe el afecto de la vecindad término medio entre la amistad y el parentesco, que enlaza a todas las familias de una misma calle.
    ¡Aquí no conocemos al que hace ruido sobre nuestro techo, ni al que se muere detrás del tabique de nuestra alcoba y cuyo estertor nos quita el sueño!
    En provincias todo es recuerdos, todo amor local: en un lado la habitación donde nacimos, en otro, la en que murió nuestro hermano; por una parte, la pieza sin muebles en que jugábamos cuando niños; por otra, el gabinete en que hicimos los primeros versos: y en un sitio dado, en la cornisa de una columna, en un artesonado antiguo, el nido de golondrinas, al cual vienen todos los años dos fieles esposos, dos pájaros de África, a criar una nueva prole.
    En Madrid se desconoce todo esto.
    ¿Y la chimenea? ¿Y el hogar? ¿Y aquella piedra sacrosanta, fría en el verano y durante las ausencias, caliente y acariciadora en el invierno, en aquellas noches felices que ven la reunión de todos los hijos en torno de sus padres, pues hay vacaciones en el colegio, y los casados han acudido con sus pequeñuelos, y los ausentes, los hijos pródigos, han vuelto al seno de la familia? ¿Y ese hogar?...
    Decidme ¿Dónde está ese hogar en las casas de la corte?
    ¿Será un hogar acaso la chimenea francesa, fábrica de mármol y hierro, que se vende en públicos bazares y hasta se alquila en caso necesario?
    ¡La chimenea francesa! ¡He aquí el símbolo de una familia cortesana! ¡He aquí vuestro hogar, madrileños! ¡Hogar sujeto a la moda; hogar que se enajena cuando está antiguo; hogar que muda de habitación, de calle y de patria; hogar, en fin (y esto lo dice todo) que se empeña en un día de apuro!

    VIII
    He pasado por una calle, y he oído cantar sobre mi cabeza, entre el ruido copas y de platos y las risas de alegres muchachas, la copla fatídica de mi abuela:

    La Nochebuena se viene,
    La Nochebuena se va.
    Y nosotros nos iremos
    Y no volveremos más

    He ahí (me he dicho) una casa, un hogar, una alegría, un besugo y una sopa de almendra que pudiera comprar por tres o cuatro duros.
    En esto, me ha pedido limosna una madre que llevaba dos niños; el uno en brazos, envuelto en deshilachado mantón, y el otro, más grande cogido de la mano. ¡Ambos lloraban... y la madre también!

    IX
    No se cómo he venido a parar a este café, donde oigo sonar las doce de la noche, ¡la hora del Nacimiento!
    Aquí solo, aunque bulle alrededor mucha gente, he dado en analizar la vida que llevo desde que abandoné mi casa paterna, y me ha horrorizado por primera vez esta pesada lucha del poeta en Madrid: ¡lucha en que se sacrifica a una vana ambición tanta paz, tantos afectos!
    ¡Y he visto a los vates del siglo XIX convertidos en gacetilleros; a la Musa con las tijeras en la mano despedazando sueltos y noticias; a los que en otros siglos hubieran cantado la epopeya de la Patria, surtir hoy artículos de fondo, para rehabitar un partido político, y ganar cincuenta duros mensuales!...
    ¡Pobres hijos de Dios! ¡Pobres Poetas!
    Dice Antonio Trueba (a quien dedico estos renglones):

    Hallo tantas espinas
    En mi jornada,
    Que el corazón me duele,
    ¡Me duele el alma!

    ¡He aquí mi Nochebuena del presente, mi Nochebuena de hoy!
    Luego he tornado otra vez la vista a las Nochesbuenas de mi pasado, y, atravesando la distancia con el pensamiento, he visto a mi familia, que en esta hora patética me echará de menos; a mi madre estremeciéndose cada vez que gime el viento en el cañón de la chimenea como si aquel gemido pudiese ser el último de mi vida; a unos diciendo: ¡Tal año estaba aquí! A otros ¿Dónde estará ahora?...
    ¡Ay, no puedo más! ¡Yo os saludo a todos con el alma, queridos míos!
    Sí, yo soy un ingrato, un ambicioso, un mal hermano, un mal hijo...Pero, ¡ay! Otra vez, y ¡ay! ¡cien mil veces!
    Yo siento en mí una fuerza sobrenatural que me lleva hacia delante y que me dice: ¡Tú serás!
    ¡Voz de maldición que estoy oyendo desde que nací en la cuna!
    ¿Y qué he de ser yo, desdichado?
    ¿Qué he de ser?
    Y nosotros nos iremos,
    y no volveremos más.

    ¡Ah! Yo no quiero irme; yo quiero volver; inmolo demasiado en la contienda para no salir victorioso; triunfaré en la vida y triunfaré de la muerte.¿No ha de tener recompensa esta infinita angustia de mi alma?
    Es muy tarde.
    La copla de la difunta sigue revoloteando sobre mi alma.

    La Nochebuena se viene

    ¡Ah, sí! ¡Vendrán otras Nochesbuenas!-me he dicho reparando en mis pocos años.
    Y he pensado en las Nochesbuenas de mi porvenir.
    Y he empezado a formar castillos en el aire.
    Y, me he visto en el seno da una gran familia venidera, en el segundo crepúsculo de la vida, cuando ya son fruto las flores del amor.
    Ya se había cambiado esta tempestad de amor y de lágrimas en que zozobro, y mi cabeza reposaba tranquila en el regazo de la paciencia, ceñida con las flores melancólicas de los últimos y verdaderos amores.
    ¡Yo era un esposo, un padre, el jefe de una casa, de una familia!
    El fuego de mi hogar desconocido ha brillado a lo lejos, y a su vacilante luz he visto a unos seres extraños que me han hecho palpitar de orgullo.
    ¡Eran mis hijos!
    Entonces he llorado...
    Y he cerrado los ojos para seguir viendo aquella claridad rojiza, aquella profética aparición, aquellos seres que no han nacido...
    La tumba estaba ya muy próxima... Mis cabellos blanqueaban...
    Pero ¿qué importa ya? ¿No dejaba la mitad de mi alma en la madre de mis hijos? ¿No dejaba la mitad de mi vida en aquellos hijos de mi amor?
    ¡Ay! En vano quise reconocer a la esposa que compartía allí conmigo el anochecer de la existencia.
    La futura compañera que Dios me tenga destinada... esa desconocida de mi porvenir, me volvía la espalda en aquel momento...
    ¡No, no la veía!... Quise buscar un reflejo de sus facciones en el rostro de nuestros hijos, y el hogar empezó a apagarse.
    Y cuando se apagó completamente, yo seguía viéndolo...
    ¡Era que sentía su calor dentro de mi alma!
    Entonces murmuré por última vez:

    La nochebuena se va...

    Y me quedé...dormido como pude quedarme dormido.
    Cuando desperté ya era primer día de Pascua, 1885.
  • Publicado: 08.01.2010, 12:25
     
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    XCVII - Bello Comienzo

    José Chamorro Daza - Amanecer-Spt. 1959



    Obedeciendo al propio deseo y también a la amable y delicada invitación que nos llegó del flamante Presidente de GUADIX C.F., D. Ramón Sierra Hernández, acudimos con singular complacencia al sagrado templo donde se venera la Imagen de Nuestra excelsa Patrona, Nuestra señora de las Angustias, ante quien como en años precedentes, ofició una solemne Misa ofrecida por el Club local en la mañana del domingo día 6 del corriente, en la que actuó su Consiliario, Rvdo. Padre Don Miguel Pastor, ayudado por los afiliados D. José Martínez y D. Antonio Vera.
    La plana mayor de la Junta Directiva ocupaba sendos asientos formando Presidencia, y a continuación de ellos figuraban directivos y simpatizantes mezclados con el entrenador del equipo, Sr. Zamora, y todos los jugadores hasta hoy enrolados en el Club.
    Nuestras primeras oraciones fueron en acción de gracias a nuestra Madre de las Angustias por haber dado lugar a que nos hallásemos ante ella un año más celebrando el primer acto público del Guadix C-F. en el que habíamos de suplicarle su protección y amparo durante la competición ligera a punto de comenzar a cuyo fin, imaginativamente, manteníamos con la Excelsa Madre de Dios un emocionante soliloquio, del que nos sacara el comienzo de la platica sagrada que deseábamos escuchar de labios del celebrante velador máximo entre cuantos estábamos presentes.
    En años anteriores y en análoga ocasión, hemos tenido el placer de saborear, embriagados, la cálida oratoria de tan culto Consiliario, sintiendo especial complacencia al comunicarlo a nuestros lectores, y este año hemos de confesar que nos va a ser difícil hallar calificativos mediante los que el lector pueda hacerse una idea de la exquisitez de su breve pieza oratoria. Como buen deportista también, se había propuesto superar su propia marca en esta ocasión, y ciertamente lo consiguió. Cual primoroso encaje de bolillo y en su "afán incoercible de disertación", fue bordando un poético canto a nuestra ciudad "altiva dama que todo lo puede y nada quiere", "rincón edénico, cuyo paisaje contemplado desde la balconada de la Alcazaba constituye el hechizo del turista más insensible"; "fortaleza de duras aristas y blando y mullidos regazos" " que son espejo del carácter de sus naturales: duro, inflexible y huraño, pero bondadoso, hospitalario e hidalgo". Con mágica elocuencia acarició a esta nuestra Acci, bella y esquiva, como si lo hiciese con su tierra natal, a la que sustituyó en su corazón por esta bendita, de la que se siente enamorado.
    Dijo que "nuestro pueblo, orgulloso pero modesto, altivo pero sencillo, gusta del recato y de la honestidad y repudia hacer mercado de sus bellezas, atracción turística de sus encantos, deleite para extraños de sus hechizos". Hizo un canto elegíaco a una tarde apacible guadijeña, durante la que tubo que cumplir deberes cicerónicos y de cortesía con un poeta amigo, a quien se enorgullecía mostrando los encantos de nuestro pueblo, a la vez que le ocultaba su sufrimiento por estar en aquellas horas ausente del Campo de San Antón, donde se celebraba un partido clave contra el Recreativo de Granada, y con enardecida fraseología nos cuenta su emoción al escuchar, en silencio de aquella tarde tranquila, la palabra "¡gol" en forma de grito victorioso de una multitud, llevada en brazos del viento desde el valle a la colina, desde la colina a la montaña y desde la montaña al cielo, como presente del triunfo de nuestros colores. Agradece los sacrificios y la generosidad de los directivos salientes, y alienta a la nueva Junta, en la que ve reflejado el poder realizador de nuestro Guadix, cuando quiere; pide a todos la colaboración más honrada, así como a entrenador y jugadores y termina deseando que bajo la protección de Nuestra Patrona, nuestro Club siga figurando con honor entre los de categoría nacional, que no otra cosa merece este rincón de nuestro amores.
    Después de este acto, todos los asistentes se reunieron, fraternalmente, en un céntrico local, donde les fue servido un suculento desayuno.
    ¡Bello comienzo, señores aficionados! Quiera Dios que la marcha del Club durante la temporada próxima responda a la generosidad con que contribuyó todo el pueblo de Guadix, ilusión que abrigamos, porque está bien dirigido y mejor apoyado.
    ---

    Nota de hoy: D. Miguel esbozaba en esta plática lo que un año más tarde trasformaría en su libro El misterio de Guadix publicado y costeado por Ediciones Alhorí (antes Amanecer) como pregón de la Feria de 1960.
    Y aunque en su nueva Edición de 1992 se hace mera mención a la "primera edición", sinceramente me habría gustado se hubiese especificado más la aportación de nuestro Periódico para hacer posible su publicación y la serie de artículos (que en Bellos Recuerdos hemos repetido) y que contribuyeron tanto a su comentario y difusión.
    Sin Alhorí, me decía D. Miguel, no hubiese sido posible una tan rápida impresión del libro que le ofreció la grata oportunidad de presentarlo y regalarlo a los asistentes durante el Pregón de Feria.
    Yo no pude asistir a ese Pregón, por razones de salud entonces, pero terminado el acto D. Miguel subió a la Estación y me daba las gracias emocionado.
    Más de una vez he pensado iniciar unos comentarios a tan bella obra literaria y no menos filosófica y sicológica de este hombre que supo penetrar a través del paisaje y de sus hombres y mujeres, como ningún otro, en el alma real del pueblo de Guadix.
  • Publicado: 16.01.2010, 14:39
     
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    XCVIII - Monasterio Sta. Clara de Guadix

    Alhorí-Nov- 1960



    IV CENTENARIO DE LA FUNDACIÓN DEL MONASTERIO DE SANTA CLARA DE GUADIX

    Nota Histórico geográfica de un accitano



    A finales del siglo XV, nacía en Guadix, de muy noble cuna Don Gaspar de Ávalos, varón insigne, quien, asistido de la divina gracia, por su condición y propios méritos habría de alcanzar altísimos honores y consagrar su vida, por entero, al ejercicio de la Caridad, defensa de la fe y servicio de la Patria.

    Desde muy niño comienzan a advertirles sus excepcionales dotes de inteligencia y virtud, así como su decidida inclinación hacia las cosas de Dios.

    Inició su formación doctrinal en Granada, junto a la venerada figura de su Arzobispo Fray Hernando de Talavera, continuándola en la Facultad de Sagrada Teología de la Universidad de París, Colegio Mayor de Santa Cruz en Valladolid y otros centros nacionales de estudio. Aún en plena juventud se va extendiendo la fama de sus virtudes y su renombre como teólogo de fuste, por lo que su magisterio es muy solicitado.

    El propio Rey Emperador Carlos V fija su atención en la persona de D. Gaspar de Ávalos, atraído por la justa fama de sus méritos, y le presenta para su sede episcopal de Guadix, su ciudad natal, en donde hace su triunfal entrada en 1525.

    Concurrían en el nuevo Prelado las cualidades que el Santo Bernardo anunciaba como precisas para el ejercicio de las altas dignidades de la Iglesia, y así, D. Gaspar de Ávalos era en su vida y por sus disposiciones, norma de justicia, firmamento de la Verdad, adelantado de la fe, paladín del cristianismo, y en suma, espejo de perfección.

    Dos años después de su consagración episcopal, es presentado por el Emperador para el Arzobispado de Granada, a cuya dignidad es promovido en virtud de las Bulas expedidas en enero de 1528 por Su Santidad Clemente VII.

    Desde 1528 a 1541, rigió D. Gaspar de Ávalos al Archidiócesis granadina, en un pontificado de exuberante fecundidad. Junto a sus obras y fundaciones atestiguan la excelsitud de sus virtudes los muchos seguidores de su ejemplo y doctrina, entre los que figuran, con el coloso Fray Luis de Granada, el Padre Fernando de Vargas, Fray Juan de Granada, Fray Francisco Lorenzo, el llamado apóstol de Andalucía Juan de Ávila y tantos otros que junto al Arzobispo Ávalos acrecen en sabiduría y santidad.
    En estrecho contacto con el Emperador, fue un de sus más eficaces colaboradores en su obra de engrandecimiento de la Nación. Participó de forma decisiva en la fundación de la Universidad de Granada y su Colegio Real, y del Colegio de San Miguel para la educación de los "gualetos" o hijo de los moros conversos.

    Al arzobispo Ávalos se deben también las primitivas constituciones de la S.I.C Metropolitana de Granada, y entre otras fundaciones los conventos de San Antón, Santa María de los Ángeles y la Encarnación, y el de Santa Paula, de Religiosas Jerónimas, todos ellos en Granada, y EL MONASTERIO DE SANTA CLARA DE GUADIX, para cuya obra legó, la casi totalidad de sus bienes, y entre ellos la casa de su nacimiento y otras varias que poseía en la demarcación de Santiago, sobre cuyos solares se erigió el edificio del Monasterio.

    Por diferentes motivos de orden diverso, habiéndose otorgado por D. Gaspar de Ávalos la Carta de Fundación de 1538, las obras del Monasterio se prolongaron más de veinte años, sucediendo durante este período el fallecimiento del fundador. Por todas estas circunstancias la fundación no tuvo lugar hasta el año 1560, en el que totalmente terminado el Monasterio y satisfechos todos los requisitos canónicos y fundacionales, se constituyó la primera Comunidad Religiosa de la Segunda Orden de San Francisco e Instituto de Santa Clara, bajo el gobierno de su primera Abadesa, María de la Asunción de Ávalos y de la Cueva, hija del hermano del Fundador el Comendador de la Orden de Santiago, D. Juan de Ávalos; modelo de santidad y prudencia, gobernó el Monasterio interrumpidamente hasta su muerte, acaecida veintidós años después.

    En 1541 D. Gaspar de Ávalos es promovido al Arzobispado de Compostela, ejerciendo hasta su muerte este pontificado, que se caracterizó por su inmensa labor apostólica, ejercida bajo el signo de la más abnegada caridad.

    En 1544, por Bulas de Su Santidad Paulo III, fue preconizado Cardenal y, posteriormente electo Cardenal Arzobispo de Toledo, todas estas dignidades a propuesta del Emperador, quien trataba de testimoniar así sus sentimientos de admiración y gratitud hacia D. Gaspar de Ávalos.

    Nueve días después de haber sido designado para la silla toledana, el día 3 de Noviembre de 1545, en edificante tránsito, pleno de piadosísima conformidad entregó su alma al señor en Santiago de Compostela, en cuya S. I. Catedral fue y está sepultado.

    La Comunidad de Religiosas del Monasterio de Santa Clara, los descendientes de su estirpe y la Muy Noble y Leal Ciudad de Guadix, al conmemorar este centenario honran la memoria del Cardenal D. Gaspar de Ávalos, siervo de Dios y orgullo de la Raza.
  • Publicado: 22.01.2010, 08:27
     
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    IC

    SANTA INFANCIA OBRA MISIONAL PONTIFICIA



    De todos es conocido el éxito del día del Domund en aquellos años con aquel colorido desfile por las calles de Guadix. Pero, había otra colaboración no tan espectacular, aunque sí participativa de todos, como era la recogida de sellos usados para la Santa Infancia.

    Labor silenciosa que necesitaba su pequeña organización, pero debía hacerse general y popular para obtener éxito.

    En primer lugar había que explicar a los niños la finalidad de aquella "recogida de sellos usados".
    Después tenían que llevar el mensaje a las casas, para que se les guardasen los sellos matados de las cartas.

    Y con paciencia, y sello a sello, entregarlos en las escuelas, que era donde se iban guardando y seleccionando solo los que no tenían defecto ni rotura alguna.

    Era, por lo tanto, un trabajo colectivo, silencioso y pausado, pero que mantenía en la mente de los niños una ilusión real de ayuda a otros porque sabían que estaban haciendo un bien a esos otros niños de países más pobres donde trabajaban los misioneros y misioneras, en cuya obra tan sencilla estaban también participando los padres, la familia, practicantes y no practicantes.

    Ha sido, y es la Iglesia, como en todos los tiempos, una Institución que ha llevado a donde los gobiernos no llegaban, no solo el mensaje de salvación Evangélico, sino innumerables obras de ayuda social a los llamados países de Misión.

    Hoy, ya, de forma más organizada, como la más eficaz obra de ayuda católica, está Cáritas, pero, ¿cuántas Escuelas, Hospitales, Universidades, Comedores, pozos, Culturización general en agricultura y oficios, Leyes en defensa de los pueblos, Elevación de la personalidad suscitando vocaciones de Sacerdotes y religiosas nativas que hoy ya tienen hasta sus propios Obispos y Cardenales, ha supuesto este elevar al hombre a su dignidad igualándolos a los que les ayudan? Hispano América tuvo Universidades, llevadas por los Reyes de España mediante los misioneros antes que algunos pueblos europeos. Las Leyes de Indias fueron un modelo de integración de otros pueblos que evitaron convertir en Colonias los pueblos descubiertos haciendo surgir un Nuevo Pueblo: Latino americano.

    Guadix y su Diócesis colaboraba ahora con algo tan sencillo como los sellos usados, además de otras muchas ayudas, a esa obra gigantesca de la Iglesia que durante siglos era la que enviaba la cultura europea a todas las regiones del mundo donde le era posible llegar. Posteriormente los Gobiernos y Organismos Internacionales han tomado, con una mayor amplitud y ordenamientos, esta labor, pero aún hoy, hay sitios donde sólo llegan los misioneros.

    Y así nos vino:

    UN TROFEO NACIONAL PARA GUADIX

    (Amanecer- diciembre-1959)
    Campeones de España.
    Por José Vilchez, Delegado Diocesano de Misiones.



    Casi tememos llegar a destiempo, no tanto porque somos niños y los niños siguen siendo bajamente todavía cotizados en la general estimación, sino, y con mayor motivo, por el aire nuevo que levanta a su paso la fina brisa de nuestro campeonato, Hoy, ya lo vemos, las mejores páginas de nuestros diarios se las llevan los deportes. No pasa día sin que el comentarista de turno se destroce el magín enhebrando ditirámbicos, "hurras", ya al destacado ciclista que se clasifica en la vuelta, ya al valiente aviador que se eleva hasta los no se cuantos kilómetros de altura a tomar un poco de aire , ya a la abuelita soñadora que se pasea por los mares para hacer ganas de desayunar sus tostadas con mantequilla, o, en último término el empedernido jinete que se pasa seis meses espoleando al noble animalito, a veces sin ganas de caminar.

    Estos campeonatos emocionan enormemente. "Nuestro campeonato"el campeonato que logramos unos niños entusiastas de las Misiones buscando sellos usados y entregándolos en un número de trescientos o cuatrocientos mil a la Dirección General de la Santa Infancia en España, no interesa.

    A pesar de todo, como el amanecer de este cariño nuestro por los Misioneros, coincide con las primicias de AMANACER de Guadix, le pedimos al Sr. Director un rinconcito en sus páginas, con el solo deseo de que quede impresa esta pequeña partitura de breves compases, de aires alegres, de música sana y emocional en la que cantando, como un villancico, decimos al Niño Divino que correspondemos a su amor por nosotros y le buscamos almas que le amen y conozcan: Decimos al Papa, gran protector de nuestra Obra de la Santa Infancia, que cuente con nosotros, los mejores entre los mejores y esto sin orgullo; decimos a los niños infieles que sabemos o sospechamos, al menos, de su desgracia, al no saber de la existencia de un Dios que muere por salvarles, y les decimos, por fin, a nuestros queridos padres, que pongan los sellos al alcance de nuestras manos, porque las hormiguitas no vuelan muy alto, que van por los suelos buscando migajas que son su alimento y no olviden ellos, que son tan buenos, a donde van los granos de nuestro granero.
    Con nuestra Copa de Campeones del SELLO MISIONERO, brindamos por el triunfo de la fe en todas las Misiones y por los futuros triunfos de nuestro equipo.

    NI-CO-SE. Niños colectores de sellos. Los campeones del sello misionero.
    ---
    ¿Qué es lo que se pretende mediante la recogida de sellos? La respuesta es la siguiente:
    1. Los sellos, una vez en poder de la Central, se desprenden adecuadamente del trozo de sobre o de papel en que vienen pegados (es importante dejar cierto margen en torno al sello, lo que implica que no se arranquen directamente: pueden perder todo su valor).
    2. Se clasifican y agrupan según criterios establecidos y se forman paquetes según pedidos.
    3. Se envían, por el precio convenido, a los centros filatélicos de España y a centros del extranjero que los solicitan., y 4. La ganancia obtenida pasa a engrosar el fondo de ayuda de las Obras Misionales Pontificias.
    ¿Qué es poco?, no, pero sobre todo se consigue el espíritu de colaboración de los niños y familias sintiéndose copartícipes de tan universal obra cultural y religiosa de la Iglesia. Y esto no es solo solidaridad, es un acto de amor que tiene un sentido aún más profundo y completo.

    ----
  • Publicado: 30.01.2010, 17:48
     
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    C - FUENTES DE CARIDAD

    Por Juan Ruiz, - Amanecer- Spt- 1959



    Si la caridad es semejante a la luz de un glorioso amanecer, en Guadix tenemos un espejo donde se recrea ufana y satisfecha esa hermosísima virtud: El Hospital Real de Caridad. Esa hospitalaria casa que para honor y honra de tiempos y generaciones, para alivio del dolor y la pobreza fundaran los Reyes Católicos.

    Su benéfico edificio se levanta airoso y pregonador de esas purezas del alma en uno de los lugares más embrujados y poéticos de la moruna ciudad. De frente de una de las Catedrales más artísticas de España, la respalda un Seminario Conciliar y muy cerquita a su Iglesia hay una fuente de la que bebe agua pura y limpia gran parte de la Ciudad, con cuyos derrámenes se riegan la flores de unos preciosos jardines y con las que también calmarían su sed los cientos de palomas que un triste día se vieron obligadas a establecer sus nidos en aquellas viejas torres, huyendo temerosas de las luchas entabladas por las fatales contradicciones de los hombres.

    Este Hospital está cristiana y amorosamente servido por la Religiosas Amantes de Jesús e Hijas de María Inmaculada, y en su caritativo edificio se agrupan fundidas por un solo y divino lema, la Casa de Socorro Municipal y el Centro distribuidor de Cáritas Diocesana, donde dicho sea de paso se están distribuyendo, diariamente, más de dos mil quinientos litros de leche, además de otros artículos de primera necesidad que con relativa frecuencia se ofrecen a las clases menesterosas.
    Como se puede con extraordinario orgullo obser
    var, ni cabe ni más grandeza moral, ni más caridad oficial en menos espacio - y todo ello, - y este es el signo más consolador de su cristiana grandez, - humanamente atendido y celosamente vigilado por nobles y competentes Doctores que están haciendo constantemente honor a la elevada misión que tienen por Dios y por la ciencia encomendada -.

    Luego podemos asegurar, sin lugar a dudas, que en esta benéfica casa ondea en todos los tiempos y a todas horas la caridad más sublime. Queda, pues suficientemente demostrado, que si en ella se calman con tanto cariño y abnegación los embates del dolor y se remedian las necesidades de los pobres, es porque se siente amor a Dios. Y si tenemos amor a Dios y nos interesan los sufrimientos del prójimo, es porque se tiene también el corazón caldeado en la fragua redentora de la ejemplar vida de San Juan de Dios.

    ¡Qué hermosa es la caridad y qué honores tan elevados ofrecen a quienes tienen ojos para verla y corazón para sentirla!

    Jamás olvidaré aquella mañana en que por instinto de amor y deberes de amistad visité las soleadas salas destinadas a enfermos tuberculosos. Y ¡qué desengaño me dieron aquellos cautivos de la desgracia cuando creyendo encontrarlos humillados y entristecidos los hallé jubilosos y risueños! ¡Qué misterios tan bellos - me dije - encierra el amor de Dios! ¡Bienaventurados los que sufren!

    Allí muy cerquita de ellos, aspirando sin recelos el perfume de sus dolencias, había una hermana de la caridad que les sonreía y les alentaba; un celoso galeno que ponía toda su voluntad y su sabiduría por aliviar las dolencias de los pacientes y llenarles de esperanzas, y una radio que dulcificaba las largas horas de un padecer con las mejores audiciones musicales del mundo y su social desenvolvimiento y con las alegrías de una copla andaluza, una jotica navarra, cosa que, según ellos, ahuyenta mejor que nada las tristezas de su angustiado vivir, pero como Dios no les abandona detrás de la cortina blanca de sus bien llevadas congojas, hay un Obispo - ¡nuestro Obispo! - que jamás les abandona, y una junta de Señoras, que velan sin descanso porque no carezcan entre otras muchas cosas de los medicamentos necesarios. ¡Cuánto bien puede hacer la caridad y cuantas lágrimas enjugar!, luego hay que sentirla profundamente, porque si no la sentimos es porque no amamos a Dios. Y si no amamos a Dios en las miserias, es porque nuestra conciencia es tan fría y tan ruin como la de los seres más desnaturalizados y perversos.

    Si en Guadix tenemos un Centro benéfico, donde dolores y hambre están encontrando consuelo, acudamos solícitos a salvar el complejo de sus muchas y calladas necesidades.

    Porque hemos de entender muy bien que todo lo que se viene haciendo hoy en su favor, aún siendo tan abundante como bueno es todavía poco. Hace falta más, mucha más caridad, Y no olvidemos nunca que la caridad el es manjar más agradable del espíritu y la mayor garantía para la salvación del alma.

    (Juan Ruz era hombre muy culto con el que tuve varias conversaciones para reeditar la obra Nieve y Cieno del Magistral Dominguez, como Revista de Guadix)

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