Un gallego estaba esperando el tren para ir a Madrid, en la Estación de Santiago. Faltaban como dos horas para que saliera. Estaba mas aburrido que una ostra, y no puede hacer otra cosa mas que salir a dar una vuelta por los alrededores.

Pasando cerca de una Farmacia, a la entrada de ésta había una balanza, que tenía un cartel que decía:

"POR SOLO 1 EURO, ESTA BALANZA LE DIRÁ EL NOMBRE, LA EDAD Y SU PESO."

El tío no se lo creyo, asi que hizo la prueba, colocó el euro, se sube en la balanza esta le dijo:

- Te llamas Juan Pérez, tienes 30 años y pesas 70 kilos.

El tío no la podia creer, era verdad lo que le habia dicho, creyó que alguien lo estaba chuleando, asi que se fué a dar una vuelta, se quitó la manta y el sombrero que llevaba puesto, para que no lo reconociera la balanza. Colocó 1 euro, se subió en la balanza y esta dijo:

- Te llamas Juan Pérez, tienes 30 años y pesas 70 kilos, no has cambiado nada en la ultima media hora.

Nuevamente el tío no la creyo. Se fue a dar otra vuelta. Fue al Mercado Persa a comprarse unas gafas, un impermeable y unos zapatos color rosado, para que no lo reconocieran. Llego a la Farmacia, colocó el Euro, se subió y la balanza le dijo:

- Te llamas Juan Pérez, eres un plasta, tienes 30 años, sigues siendo un plasta, y pesas 70 kilos, y serás un plasta toda tu vida.

El tío ya estaba completamente mosqueado, dijo:

- Ahora sí que voy a despistar a ésta balanza de mierda. Se fué a una peluquería, se cortó el pelo a lo "Moicano", dos manzanas antes de llegar a la Farmacia se quitó toda la ropa y se fué en pelotas para allá. Por el camino se rieron de él, lo insultaron, le pellizcaron, le dijeron de todo, pero el tío siguió igual. Colocó el
Euro, se subió y la balanza le dijo :

- Te llamas Juan Perez, tienes 30 años, pesas 70 kilos, y por hacer el gilipollas has perdido el tren, pedazo de mamón.

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Esperando el tren "II"

Una mujer está acostada en su nueva casa cuando repentinamente empieza a vibrar toda la cama y se oye un tren pasar a lo lejos. La mujer llama inmediatamente al casero y le expone que es imposible vivir allí.

Defendiéndose, el arrendador le explica que la estación está muy lejos, que eso es imposible y que él no tiene ninguna queja de algún inquilino. Pero como los dos insisten en su posición, al final el tipo acepta ir a inspeccionar:

"Bueno, esto lo podemos comprobar dentro de cinco minutos cuando pase el Talgo Madrid - Irun".

"Pues métase aquí conmigo en la cama y ya verá como vibra".

Total que están los dos mirando al techo. En eso que llega el marido y dice el casero:

"Si le digo que estoy esperando el tren no se lo va a creer, ¿verdad?"

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