Tema: Limitación de Velocidad por obras
21aToPe
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Publicado:
19.jul 2006 - 16:18

Un hombre viajaba en un Talgo III en doble composición, llama al revisor y le dice:

Amigo, cuando lleguemos a la parada del pueblo de Santa Cruz, me puede avisar?

No señor, este tren no hace parada en ese pueblo.

Pero ¿como? le dice el hombre, y ahora ¿donde tengo que quedarme?

En el otro que le sigue, le dice el revisor.

Pero eso es muy lejos y yo tengo que estar en una reunión de trabajo a las 10 de la manana.

Bueno, lo único que puede hacer es tirarse con el tren en marcha.

Usted esta loco, este es un Talgo y me mataría.

Mire señor, cuando entramos a ese pueblo tenemos que aminorar mucho la velocidad porque la vía está en obras, lo único que tiene que hacer cuando se tire es seguir corriendo un rato hacia adelante para no caerse.

Bueno, le dice el hombre, tendré que hacerlo o perderé mi trabajo si no llego a tiempo.

Al rato el revisor le avisa al hombre.
Prepárese, vamos a entrar en el pueblo de Santa Cruz, y no se olvide de correr cuando pise el andén.

El Hombre se tira del tren, cae en el piso perfectamente y corre hacia adelante como le dijo el conductor.

En ese momento se asoma el revisor de la 2ª composición y ve al hombre corriendo al par del tren, saca la mano y de un tiron lo sube al tren rapidamente y le dice:

Hoy no paramos en este pueblo, si no es por mí se queda usted en tierra. icon_confused

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21aToPe
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Publicado:
19.jul 2006 - 16:57

El Enano


Un día de nochebuena a las seis de la tarde un enanito se acerca a la estación de Atocha de Madrid con intención de viajar a su casa en Zaragoza. Le pregunta al taquillero si hay algún tren para esa ciudad pero éste le responde que el único tren que hay es un expreso a Barcelona pero que no para en Zaragoza. El enanito rompe a llorar en el vestíbulo de la estación compadeciéndose de su mala suerte por no poder ir a visitar a su familia un día tan importante. Un legionario de pelo en pecho y camisa desabrochada, a pesar del frío, se le acerca y le dice con fuerte voz.
- ¿Qué te pasa? Jodío enano. No quiero ver a nadie triste en nochebuena.
- Pues que no tengo billete para ir a Zaragoza y el único tren que hay no para y yo tengo que ver a mi familia que hace muchos meses que nos les veo.
- Nada. Tú tienes que ir a Zaragoza.
- Pero es que...
- He dicho que tú vas a Zaragoza.
- Pero es que...
- ¡A callar! Tú te compras ese billete a Barcelona y cuando pasemos por Zaragoza, yo te cojo del abrigo por la espalda, tu te pones a correr en el aire y yo te coloco sobre el andén de la estación.
- Pero es que... eso es muy arriesgado.
- Nada. Para un español eso es un juego de niñas. Tu haces lo que yo te diga.

Cuando el tren se acerca a Zaragoza hace tal cual el legionario había explicado. Éste coge al enano por el abrigo, se pone a correr y le deposita en el anden, mientras el tren sigue su marcha y le pierde de vista.
Diez minutos después el legionario se encuentra de nuevo al enano llorando en el tren.
- Pero enano de mierda, ¡qué coño haces aquí! Si te había dejado en el andén de la estación.
- Sí, pero después de dejarme, cuando iba corriendo se ha abierto otra puerta del tren de la que ha salido otro legionario que ha dicho; "¡coño! Este enano va a perder el tren, pues por mis muertos que no lo pierde". Me ha agarrado y me ha vuelto a meter...

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