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Publicado: 26.jul 2015 - 01:01
Cita Bárbara Barón - Jueves, 23 de julio del 2015 - 13:21
Ha recibido el alta médica y se ha reincorporado en Renfe, en un puesto ubicado en los talleres de mantenimiento.
Sus amigos aseguran que no se ha recuperado tras el accidente y que, aunque está mejor, sigue deprimido.
Han pasado dos años desde el fatídico día 24 de julio en el que se produjo el accidente del tren Alvia en la localidad de Angrois, uno de los peores que se recuerdan en la historia ferroviaria de España. Francisco José Garzón, el maquinista, es el único imputado por la muerte de 79 personas.
Después de más de un año de baja, la Seguridad Social le dio el alta el pasado 13 de noviembre. Sin embargo, como tenía días pendientes de vacaciones y turnos, no se reincorporó hasta finales de enero. ?La vida de José Garzón es muy diferente a la de hace dos años. Está intentando recuperarse, rehacerse. Ha vuelto a trabajar, pero por supuesto su trabajo es radicalmente distinto al que hacía antes, no ha vuelto a conducir un tren?, explica Jesús García Fraile, presidente del Sindicato de Maquinistas SEMAF.
En concreto, ocupa un puesto de supervisión en los talleres de mantenimiento de Renfe y realiza reparaciones rutinarias a las locomotoras y controla el kilometraje de las máquinas. El conductor del Alvia pasó, antes de reincorporarse, un exhaustivo examen médico que concluyó que, a pesar de las secuelas psicológicas del descarrilamiento del tren, puede realizar determinados trabajos en su empresa. Sigue acudiendo puntualmente a sus citas con el psiquiatra, especialmente en los momentos más duros, pero ya no precisa de medicación constante. Quienes están a su lado reconocen que al principio, por prescripción médica, no podía probar el alcohol, pero que ahora puede tomarse algún vino con ellos.
Francisco José Garzón está contento con su trabajo, dice el presidente del SEMAF, aunque el dolor por el accidente siempre está presente. ?Su estado de ánimo, como puede imaginar, sigue sin ser bueno. Desde aquel día no ha vuelto a ser el mismo, sobre todo en los momentos de soledad. Cuando está rodeado de su familia, de sus amigos? es diferente, está más animado?, sostiene Jesús García Fraile.
Apoyo de sus amigos
Los amigos han estado a la altura y no se han separado de él en los últimos dos años. Desde el primer momento, su grupo más cercano decidió mantenerle alejado de la presión mediática. Se lo llevaron a un lugar desconocido y abandonó el domicilio de su madre, con la que vivía y a la que se dedicaba en cuerpo y alma. No en vano, pidió en su día el traslado a La Coruña para poder cuidar de ella, alegando que era una anciana, viuda, enferma y que había sufrido mucho con la muerte de su hijo en un accidente de coche. Las teorías que han circulado han sido de lo más variadas, desde que residía en la sierra madrileña hasta que había alquilado una casa rural aislada en medio de una montaña.
Quienes lo conocen, lo definen como ?un hombre muy bueno, amigo de todo el mundo?. Quizá por eso, su círculo íntimo no se ha separado ni un momento de su lado. Cuando no quería comer, consumido por la pena, eran ellos los que se turnaban para llevarle su plato favorito o insistirle para ir a algún restaurante, aunque esto suponga ir a buscarle a las 12:30, porque insiste en comer a 13:30, como muy tarde. ?Al principio, dejó literalmente de comer y se quedó en los huesos. Debió de bajar de golpe como 20 kilos. No aparentaba pesar más de 40?, explicaron sus amigos. Para volver a su casa es igual de estricto. No quiere trasnochar. A veces va a ver un partido de fútbol, pero a las 9 suele estar en su casa.
Poco a poco, sus amigos y su novia, han logrado que vuelva a llevar una vida normal. Cosas como salir a caminar mucho, cocinar, hacer algún viaje corto, o hacer visitas a antiguos compañeros y jefes de Renfe supusieron un gran esfuerzo para él.
Nadie sabe a ciencia cierta si en algún momento ha regresado de nuevo a la curva del accidente, aunque los vecinos aseguran que no le han visto. Sin embargo, no descartan que haya podido ir de madrugada porque, durante los primeros meses, acudía gente a todas horas del día.
Reparto de responsabilidades
A pesar de su aparente normalidad, lo que más le preocupa, coinciden todos, es el juicio en el que está acusado de 79 cargos por homicidio imprudente. ?Está nervioso?, reconocen.
?José Garzón está a la espera. Es un proceso largo y no le queda otro remedio que aguardar. A pesar de ello, está mucho más tranquilo porque tanto la opinión pública como las víctimas van viendo que él no es el verdadero y único responsable, que le podía haber pasado a cualquiera por la falta de mecanismos de seguridad en las vías y de control de riesgos. Era la crónica de un accidente anunciado y así lo dijo el jefe de seguridad en diciembre de 2011?, concluye Manuel Prieto, abogado del maquinista.
http://noticias.lainformacion.com/catastrofes-y-accidentes/asi-es-la-nueva-vida-de-francisco-garzon-el-maquinista-del-alvia_ekvezS45Vkq7sH03IDC605/