Grafitis, grafiteros y palmeros municipales

Tema:	Grafitis, grafiteros y palmeros municipales
21aToPe SuperModerador/a Mensajes: 3494 Publicado: 14.abr 2009 - 11:57	Nicolás Castro ÁlvarezGrafitis, grafiteros y palmeros municipales El Sábado Santo decidí, ante las inclemencias atmosféricas, abandonar Fornela y bajé a Ponferrada. Antes del regreso a Galicia. Después de cumplir con devoción ante un menú típico berciano con sobremesa en casa de mi madre, cuando lo consideré oportuno, y con el fin de distraerme y para espantar la somnolencia que producen los efectos secundarios del botillo, el chorizo de cebolla, androlla y demás jerarquía chacinera, cuyas bondades quisieran para sí aquellos a los que llamamos gratuitamente "chorizos", decidí dar un garbeo por una Ponferrada solitaria, ni un alma, creo que seríamos un total de tres personas si hubiesen otras dos más. Entre los destinos de mi paseo estuvo la estación del FF.CC., en la que como ya he comentado en numerosas ocasiones, abadoné con lágrimas en los ojos, o en donde me "destetaron" del Bierzo, que ya no sé si se llama de la Renfe, de Adif o del mismísimo demonio. Para los que llevamos años en el exilio, conocemos los lugares por el nombre que tenían entonces, en este caso me refiero a los edificios que ocupaban Aceites Elosúa y los almacenes de Renfe, en las proximidades de la Plaza Fernando Miranda. No hace mucho tiempo los vecinos del Casco Antiguo en las inmediaciones de la Calle del Reloj, Calle Carnicerías, etc., se quejaban del abandono y de los abusos de esa chusma belicosa contra la decencia y el buen gusto como son los grafiteros. Es verdad que por el centro no abundan las excrecencias de esos bárbaros, pero en los puntos anteriormente citados, en lo de Renfe, es una "excelente tarjeta" de presentación hacia aquellas personas que pasan por la Capital, que se llevan una magnífica impresión de la inoperancia de sus regidores; del segundo punto es un atentado perpetrado ante los mismísimos ojos de los mismísimos regidores, la parte posterior de la Casa Consistorial tiene unas "hermosas vistas" hacia esas calles, luego aquellos a los que he llamado inoperantes no tienen necesidad de saltar charco alguno para hacer el mínimo esfuerzo que no sea el de llevarse el sueldo calentito a fin de mes, aplicando aquella vieja teoría: "Laissez faire, laissez passer", o "Entre bomberos..." Una vez de regreso del paseo hice un comentario sobre lo deplorable que me pareció lo de los grafitis, pues llegando a casa, bajo la pasarela por debajo de las vías, concretamente en la Calle Ortega y Gasset, está de vergüenza. Me confirmaron que el Ayuntamiento "pasa" de grafitis y de grafiteros, lo tienen blanco y en botella, los nombres de sus autores, legibles y repetidos. Antes teníamos un dicho para ese ganado: "El nombre de los burros anda por todas las partes"; como cambian las costumbres... Aquellos a los que llamo inoperantes -término que sólo retiro si no se publica esta misiva, de lo contrario lo subrayo- no están por la labor de evitar este tipo de tropelías, que si lo estuviesen, es sabido que entre ellos se conocen, que es suficiente cazar a uno de ellos, obligarle -mediante servicios a la sociedad- a la limpieza de los edificios públicos privados, restauración económica de los daños causados a los padres cuando son menores y a ellos mismos cuando son responsables. Como dice en este medio el Presidente del Consejo: Para ser político, no hace falta pasar por una facultad, incluso tener estudios. Basta con que te voten. Pero yo creo que al menos se les debía de exigir un mínimo de coeficiente intelectual, aunque sólo fuese un 0.5 por encima de la escala del conejo; creo que en el Ayuntamiento de Ponferrada rozarán esa cifra, pero a todas luces no es suficiente para gobernar una ciudad que vuelve a retroceder al "feísmo" de mediados del siglo pasado, debido al abandono, desidia y a lo "quemados" que deben de estar. Deberían saber que entre los grafiteros hay verdaderos artístas, deberían saber que entre ellos tienen un código en el que no se puede pintar encima de lo pintado por otro. Convoquen un concurso de grafitis a nivel nacional y conseguirán dos cosas al mismo tiempo: publicitar a la ciudad y echar a esa tropa, pero para ello hay que tener voluntad y no paciencia para llegar a fin de mes. firma

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14.abr 2009 - 11:57

Nicolás Castro ÁlvarezGrafitis, grafiteros y palmeros municipales

El Sábado Santo decidí, ante las inclemencias atmosféricas, abandonar Fornela y bajé a Ponferrada. Antes del regreso a Galicia. Después de cumplir con devoción ante un menú típico berciano con sobremesa en casa de mi madre, cuando lo consideré oportuno, y con el fin de distraerme y para espantar la somnolencia que producen los efectos secundarios del botillo, el chorizo de cebolla, androlla y demás jerarquía chacinera, cuyas bondades quisieran para sí aquellos a los que llamamos gratuitamente "chorizos", decidí dar un garbeo por una Ponferrada solitaria, ni un alma, creo que seríamos un total de tres personas si hubiesen otras dos más.

Entre los destinos de mi paseo estuvo la estación del FF.CC., en la que como ya he comentado en numerosas ocasiones, abadoné con lágrimas en los ojos, o en donde me "destetaron" del Bierzo, que ya no sé si se llama de la Renfe, de Adif o del mismísimo demonio. Para los que llevamos años en el exilio, conocemos los lugares por el nombre que tenían entonces, en este caso me refiero a los edificios que ocupaban Aceites Elosúa y los almacenes de Renfe, en las proximidades de la Plaza Fernando Miranda.

No hace mucho tiempo los vecinos del Casco Antiguo en las inmediaciones de la Calle del Reloj, Calle Carnicerías, etc., se quejaban del abandono y de los abusos de esa chusma belicosa contra la decencia y el buen gusto como son los grafiteros.

Es verdad que por el centro no abundan las excrecencias de esos bárbaros, pero en los puntos anteriormente citados, en lo de Renfe, es una "excelente tarjeta" de presentación hacia aquellas personas que pasan por la Capital, que se llevan una magnífica impresión de la inoperancia de sus regidores; del segundo punto es un atentado perpetrado ante los mismísimos ojos de los mismísimos regidores, la parte posterior de la Casa Consistorial tiene unas "hermosas vistas" hacia esas calles, luego aquellos a los que he llamado inoperantes no tienen necesidad de saltar charco alguno para hacer el mínimo esfuerzo que no sea el de llevarse el sueldo calentito a fin de mes, aplicando aquella vieja teoría: "Laissez faire, laissez passer", o "Entre bomberos..."

Una vez de regreso del paseo hice un comentario sobre lo deplorable que me pareció lo de los grafitis, pues llegando a casa, bajo la pasarela por debajo de las vías, concretamente en la Calle Ortega y Gasset, está de vergüenza. Me confirmaron que el Ayuntamiento "pasa" de grafitis y de grafiteros, lo tienen blanco y en botella, los nombres de sus autores, legibles y repetidos. Antes teníamos un dicho para ese ganado: "El nombre de los burros anda por todas las partes"; como cambian las costumbres...

Aquellos a los que llamo inoperantes -término que sólo retiro si no se publica esta misiva, de lo contrario lo subrayo- no están por la labor de evitar este tipo de tropelías, que si lo estuviesen, es sabido que entre ellos se conocen, que es suficiente cazar a uno de ellos, obligarle -mediante servicios a la sociedad- a la limpieza de los edificios públicos privados, restauración económica de los daños causados a los padres cuando son menores y a ellos mismos cuando son responsables.

Como dice en este medio el Presidente del Consejo: Para ser político, no hace falta pasar por una facultad, incluso tener estudios. Basta con que te voten. Pero yo creo que al menos se les debía de exigir un mínimo de coeficiente intelectual, aunque sólo fuese un 0.5 por encima de la escala del conejo; creo que en el Ayuntamiento de Ponferrada rozarán esa cifra, pero a todas luces no es suficiente para gobernar una ciudad que vuelve a retroceder al "feísmo" de mediados del siglo pasado, debido al abandono, desidia y a lo "quemados" que deben de estar.

Deberían saber que entre los grafiteros hay verdaderos artístas, deberían saber que entre ellos tienen un código en el que no se puede pintar encima de lo pintado por otro. Convoquen un concurso de grafitis a nivel nacional y conseguirán dos cosas al mismo tiempo: publicitar a la ciudad y echar a esa tropa, pero para ello hay que tener voluntad y no paciencia para llegar a fin de mes.

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