facebook accitanosdelaestacion.es Anuncios GOOGLE patrocina © Accitanos de la Estación ® desde 2008 ...
Hola invitado Inicio Yo viví o trabajé en la Estación de Guadix Login 19/03/2024 05:54h
           

Ir a la página: [-1] 1 - 2 - 3 - 4 - 5 - 6 - 7 [+1]

Ir Abajo
OBISPADO GUADIX-BAZA
  • Publicado: 12.12.2010, 12:41
     
    ASandy
    rango:
    Colaborador/a Colaborador/a
    Registrado desde:
     mayo 2008
    Estado:
    desconectado
    última visita:
    13.04.14
    Mensajes:
    513
    67

    ACTA DEL MARTITRIO DE SAN FANDILA, NATURAL DE GUADIX, ESCRITAS POR SAN EULOGIO.

    Fue Córdoba mucho tiempo corte de reyes moros donde permitían a los cristianos con sus obispos y sacerdotes, aunque afligidos con excesivos impuestos y otras tiranías de mayor persecución que fueron causa de la corona del martirio.
    Por los años de 852 sucedió en aquel imperio tiránico Mahomed, hijo de Abderramán segundo, que movido por el odio que tenía a los cristianos publicó edicto de muerte para cuantos no siguiesen la ley de Mahoma. Y ante el descenso de cristianos se preguntaban con irrisión ¿qué había hecho la gran constancia de los mártires de los años pasados y cómo ya no quedaban otros que le imitasen?
    Ilustró Nuestro señor la Iglesia de Córdoba con la cristiana valentía y martirio de San Fandila que fue el primero que lo padeció en aquel reinado, de cuyas persecuciones debemos las noticias a San Eulogio que en su libro Memoriale Sanctorum dividido en tres partes, de donde se coligió el contenido de las tres lecciones propias que la Santa Iglesia de Guadix tiene en el oficio de San Fandila y de ella se sacaron las lecturas en las cuales dice San Eulogio: "Cuando se levantan contra nosotros con semejantes ultrajes y fatigan con irrisión nuestra miseria, casi aniquilada por las mortandades, cierto mozo, sacerdote temeroso de Dios, llamado Fandila, hermoso en el especto, santo en la honestidad y admirable en la vida, fue el primero que, en medio de estas calamidades y sangrientos peligros, abrió el camino de los enemigos para ejercer el martirio debajo de la potestad de este tirano. Este, pues, natural de la ciudad de Guadix, vino a Córdoba a estudiar, donde habiendo gastado casi toda la juventud debajo de las enseñanzas de un ayo o maestro, luego que fue mayor, fervorizado por la vida monástica, tomó el hábito de monje para servir continuamente en la milicia de Dios. Después habiendo estado en algunos lugares donde su devoto y ardiente espíritu no podía parar, se pasó últimamente al monasterio tabanense de Córdoba. Allí resplandeció con más, perfección en el temor de Dios, viviendo algún tiempo debajo del gobierno y disciplina regular del Abad Martín, y como varón de profunda humildad y obediencia, y florecía en celestial santidad, instaban y rogaban mucho los monjes del monasterio de San Salvador (cerca de Córdoba hacia el septentrión junto a la peña llamada Melaria) para que Fandila fuese promovido al oficio sacerdotal, el cual ministerio abrazó, aunque violento y preso por instancia y precepto de su Abad. Su vida era alabada con aclamación de alabanzas por los mismos monjes y religiosas a quien gobernaba, y mucho más heroicamente se manifestó no dudando sujetarse al cuchillo del martirio. Revestido pues con el perfecto temor de Dios, despreciando del todo las cosas caducas de la tierra, aspiraba a las del cielo, y así confirmado en espíritu, compareciendo un día delante del juez, predicó el Evangelio, reprendiendo mucho a su falso profeta y protestando al numeroso concurso de secuaces y cultores de la secta, que serían condenados al fuego de eternas penas, no convirtiéndose y abrazando la fe católica.
    Por esto fue Fandila puesto en la cárcel, donde le ligaron con prisiones en la mansión o sitio de los ladrones, para degollarlo después por sentencia capital. Este suceso lo puso el juez en conocimiento del Rey, el cual turbado por su propia soberbia y abrasado de sumo furor, mandó con horrible voz prender al Obispo de Córdoba, más él poniéndose en fuga se libró.
    Ya había mandado antes, como decimos arriba, matar a todos los cristianos y exponer al público dispendia las mujeres, fuera de aquellos que dejada la religión de Cristo, abrazasen la secta de su profeta, el cual edicto se hubiese ejecutado a no haberle mitigado sus primeros ministros; por lo cual creo (dice San Eulogio) se hubiera extinguido totalmente nuestro Cristianismo, parte de él a cuchillo, y parte por la prevaricación. Más al insuperable capitán Fandila, matándole, como le mató, a cuchillo, le mandó suspender en el palo de la otra parte del río, a 13 de junio, año 853 de Cristo".

    Hasta aquí es el tenor de la historia que San Eulogio refiere del ínclito mártir San Fandila, de quien hace memoria el Martirologio Romano, el de Usuardo, el de Adón y otros.
    El monasterio Tabanense y el de San Salvador se presumen eran monjes benitos, y este último junto a la peña Melaria, dice Ambrosio de Morales, se entiende haber estado debajo de la Peña que ahora llaman Sancho Miranda nombrándola todavía por la peña de la miel.
    El Obispo de Córdoba al que mandó prender el Rey se llamaba Saulo y por ser cabeza de los católicos le consideraba el causante de estas acciones tan valerosas como las de San Fandila.
    Nació este ínclito mártir en Guadix, de padres cristianos, ignórase el nombre de ellos, y solo se refiere por antigualla en Guadix haber nacido en la calle de los Manzafíes, que está en lo hondo de la puerta de Granada, camino de la Ermita de San Lázaro.
    Aprendió Fandila las primeras letras en Guadix, y para adelantarse en los estudios y conocimientos del Señor, se partió a Córdoba en cuyos monasterios florecía la sabiduría con el temor de Dios, allí resplandeció en las virtudes como testifica San Eulogio.
    Dormía muy pocas horas, ocupando la noche en oración y estudios, Dormía sobre una tabla, laceraba su cuerpo con disciplinas y cilicios, previniéndose para la pelea que le esperaba. Era su regular alimento pan y agua. Trabajaba de manos haciendo cestitas y fruteros para pagar los tributos. Consolaba a los cristianos en cautiverio en Córdoba.
    Venerado y reconociendo la ciudad de Guadix por su hijo y ciudadano a San Fandila, le instituyó y votó solemne festividad todos los años en el día 13 de Junio con aprobación del Obispo don Juan de Fonseca, a solicitud del doctor Don Diego de Santa Cruz y Saavedra, chantre de la Catedral. A esta festividad concurren en la Santa Iglesia el cabildo secular y una numerosa cofradía de ciudadanos aprobada por Don Juan de Orozco y Covarrubias, Obispo que fue de Guadix, y el que pretenda entrar en ella no es admitido sin que precedan informaciones de pureza de sangre.
    Se cuentan numerosas intervenciones de San Fandila a favor de sus devotos: sucedió una grande tempestad de granizo el día antes de la festividad del Santo y un labrador fijó una cruz en sus campos con el nombre de San Fandila y remitió la tormenta.
    Un mancebo padecía enfermedad comicial o mal del corazón y oyendo replicar las campanas en las vísperas en honor del santo, le ofreció una misa y luego que esta se celebró quedó absolutamente sano. Padeciendo semejante enfermedad doña María de Buiza religiosa del Orden de San Francisco en el convento de Santiago de Guadix, consiguió perfecta sanidad luego que se encomendó al santo mártir.
    Debe gloriarse sumamente la ciudad de Guadix rindiéndole muchas gracias a Dios por haber dado a Guadix un hijo tan heroico y resplandeciente como San Fandila entre las oscuridades de la pérfida mahometana. Y recordar para siempre lo que expresaba San Juan Jerosolimitano referente a Damasco patria de San Juan Damasceno: Esta ciudad, que produjo tan preciosa raíz, con razón se gloría de su florido plantel, se desvanece y goza más justamente que de todas las demás prerrogativas que parece le producen mayor esplendor.



    <!-- editby -->

    editado por: ASandy, 12/12/2010 13:47h<!-- end editby -->
  • Publicado: 12.01.2011, 10:37
     
    ASandy
    rango:
    Colaborador/a Colaborador/a
    Registrado desde:
     mayo 2008
    Estado:
    desconectado
    última visita:
    13.04.14
    Mensajes:
    513
    68

    VIDA DEL VENERABLE FRAY MIGUEL MARTINEZ, NATURAL DE GAUDIX, COLEGIDA DE LA CRÓNICA DEL ORDEN DE PREDICADOTES.


    Es la sagrada Religión de Predicadores (Dominicos) una de las más firmes columnas y resplandecientes antorchas de la Iglesia universal, porque ella ha producido un numeroso ejército de insuperables mártires y florecientes vírgenes que han coronado el cielo, ella ha sido el terror de innumerables herejes, ella ha dado al orbe universo grandes prelados, doctores y maestros, ella ha sido el más fecundo seminario de insignes confesores que han alimentado las almas con el dulce pasto de su doctrina.
    En esta última clase debe ser colocado el venerable confesor Fray Miguel Martínez
    En el año de 1546 nació en Guadix hijo de modestos labradores que le criaron en su casa con atenta y sana educación. En la edad más adulta tuvo Miguel moción del cielo para pedir el sagrado Hábito del Orden de Predicadores en el convento de Guadix, donde hizo su año de noviciado. El día 19 de febrero de 1577, el Padre Fray Diego, Prior del Convento, hizo exploración de su voluntad para saber de Fray Miguel si era libre para ser admitido en la Orden. Le admitió a la profesión el día 31 se mayo del mismo año que hizo en sus manos.
    Después le envió su religión a estudiar, era mozo en la edad y parecía muy viejo en las costumbres. Habiendo acabado los estudios, se consagró muy de corazón al ministerio de la salvación de las almas.
    No pudo ejercer este ministerio en el púlpito, porque no le ayudaba la lengua, accidente en su balbuceo que lo suplió con ardiente caridad ejercitándola con especialidad en el confesionario y asistencia a enfermos no acostándose a veces en tres noches por acudir y velar enfermos.
    Se levantaba todos los días a las tres de la mañana para decir Misa, confesar y comulgar a mujeres que no tenían manto con que parecer en público. Estábase en el confesionario todo el día sin mostrar palabra de desagrado a los que acudían a horas desacomodadas sin que a nadie despidiese.
    Estuvo dieciséis años en Ecija y tal era su fama de confesor y visitador de enfermos que no se tenía por dichoso el que no moría en sus manos. Todos le buscaban y él a todos buscaba y consolaba así en poblaciones grandes como en pequeñas aldeas o casas de campo.
    Fue también muy encendida su caridad en socorrer las necesidades materiales, con licencia que para ello tenía de sus superiores. En una ocasión una mujer pedía algo para hacerle un abrigo a su hijito, y Fray Miguel no teniendo otra cosa partíó su capa y le dio un pedazo de ella. A otro que le pedía una túnica le dió la que llevaba puesta y se quedó sin ninguna durante quince días. Y cuando no tenía nada ya que dar le entregaba un papel rogando a otro cristiano le ayudara al pobre.
    En los conventos de su religión se ejercitaba libremente en humildes servicios de limpiar lámparas y barrer la Iglesia.
    En solo doce años de los veintitrés que vivió en Antequera consiguieron durmiese sobre una tabla en su celda, pues siempre lo hacía en la peana de un altar. Desde que tomó el hábito hasta los setenta y tres de su edad usaba cilicio y disciplinas.
    En el mes de enero de 1621 tuvo principio la última enfermedad del santo fray Miguel, y terminada la Cuaresma le ordenaron estar en cama, y lo estuvo ochenta y cuatro días. Él mismo pidió los Sacramentos seis días antes de su muerte y antes de su muerte con un crucifijo en la mano mantuvo una oración con tal ternura y devoción que conmovió a todos los religiosos. Les pidió se recogiesen en sus celdas, y a la una de la noche del domingo día 4, pidió llamasen al superior y le dijo: Haga señal y digan el Credo, que ya me voy a descansar con mi Dios. Al punto que la campana del Convento hizo la señal, todas las campanas de Antequera: conventos, ermitas, parroquias y hospitales manifestaban la gloriosa partida del santo Fray Miguel.
    Quisieron enterrarle al estilo de la Orden, más lo Cabildos tanto eclesiástico como secular, consiguieron enterrarlo a su modo dos días después. Toda la ciudad acudió a besarle los pies y las manos abundando numerosos enfermos.
    Le trasladaron a hombros del Cabildo eclesiástico, después por el secular y los religiosos de otros conventos.
    Ocho días después le hizo honras la Universidad y Cabildo de Beneficiados, otras la Congregación de San Pedro; de la Audiencia con sus oficiales, y otras los caballeros de la primera nobleza.
    Fue sepultado su cuerpo primero en sitio decente de la Iglesia de Santo Domingo hasta que le fabricaron su sepultura en el crucero de la Capilla Mayor, al lado de la epístola. Con la siguiente inscripción: Aquí yace el venerable Padre Fray Miguel Martínez, grande en todas las virtudes. Padre de pobres, señalado en la humildad y penitencia. Honróle Dios con grandes milagros en su vida y muerte, que fue a 4 de Julio de 1621 con innumerable concurso.
    Trasladó su cuerpo a este lugar el M.R.P. Presentado Fr. Gaspar de Frías. Prior de este convento el año de 1645.
    Los milagros en las causas de Beatificación que más cuentan son los hechos después de la muerte, y el Obispo de Monopoli. nos refiere los siguientes: Sor Clara de Duarte de las agustinas de Antequera mas de seis años estaba sorda y tocándose el oído con un pedacito de la capa del santo al instante recobró el oído. Juana Martin de Antequera habiendo quedado contrahecha de un parto y llevando nueve meses sin andar se puso una reliquia del Santo y quedó en esa noche curada. Otra mujer, Catalina de la Cruz que había más de dos meses tullida, se puso otra reliquia y sanó al punto. Una mujer, vecina de Benamejí, llamada Francisca Fernández, estando también tullida de una pierna tocándola con una reliquia al instante quedó sana.
    En Antequera se valen del agua de una fuente en el claustro de Santo Domingo.
    Son muchos los prodigios que se cuentan de Fray Miguel, pero su Orden no ha solicitado aún su beatificación, por el número tan elevado del catálogo de los mismos que la ennoblecen.

    (Nota de hoy: Fray Leopoldo en Granada como el Padre Pio en Italia nos confirman con sus milagros la popularidad con que eran venerados estos santos varones. Sus milagros no hay obligación de creerlos pero intentemos convencer a los que los reciben que no fueron reales. La Iglesia en caso de iniciar su Beatificación examina algunos de ellos y después de rigurosísimos exámenes teológicos y médicos declara que científicamente no tienen explicación esas curaciones.





    <!-- editby -->

    editado por: ASandy, 12/01/2011 11:55h<!-- end editby -->
  • Publicado: 22.01.2011, 11:53
     
    ASandy
    rango:
    Colaborador/a Colaborador/a
    Registrado desde:
     mayo 2008
    Estado:
    desconectado
    última visita:
    13.04.14
    Mensajes:
    513
    69

    VIDA Y MUERTE DEL VENERABLE PADRE FRAY DIEGO DE VILLAMAYOR, NAURAL DE GUADIX, RELIGIOSO DEL ORDEN SERÁFICO.

    Levantó el Señor el sagrado Orden Seráfico, para que como herederos del espíritu del Serafín Francisco, encendidos en caridad derramasen el grano de su doctrina sin dejar tierra que no cultivasen.
    En Guadix ha sido tan fértil la cultura y planta de la religiosísima familia del Orden Seráfico que tuvo hijos tan gloriosos como fray Diego de Villamayor, cuya vida y muerte escrita por fray Alonso de Torres, es como sigue:
    A los veinte y un años de su edad bañó toda su persona y brotó sangre fresca como veremos.
    Nació en la ciudad de Guadix y fue su padre Juan López de Villamayor y su madre Juana de Pozas, personas bien nacidas y ricas.
    Educólo su madre en santa humildad y obediencia mandándole hacer cosas que solo tocaban a los criados. Llegó a los doce años de edad habiendo aprendido las primeras letras, y para que estudiase gramática le hicieron vestidos decentes. Pero viendo que los muchachos se divertían con juegos y palabras inadvertidas, rogó a los padres no le enviasen más al estudio.
    Fuése en una ocasión al convento de nuestro Padre San Francisco, donde se estuvo hasta que lo buscaron, y le dijo a su padre: yo si quiero estudiar y aquí en el convento me enseñarán la gramática los religiosos. Lo aceptó así el padre y criose en el Convento hasta que tomó el hábito de novicio y profeso.
    Cumplidos los 21 años y ordenado de Epístola, envióle el Guardián de Guadix a un negocio al convento de la ciudad de Baza con Fray Andrés Vela.
    Ya próximos a la villa de Gor salieron el río abajo unos moriscos (que ya empezaban el rebelión del reino de Granada) embistieronles con arcos y saetas, huyó Fray Andrés y aunque herido se libró de ellos. A Fray Diego lo entraron en lo más íntimo del monte y lo ataron a una encina, y haciendo blanco de su cuerpo, dio su alma a Dios Nuestro Señor. Intentaron después quemarlo y reunida la leña, por falta del fuego no lo pusieron por obra, más para que no descubriesen su maldad cubrieron el cuerpo con leña y piedras.
    Por las noticias que dio el compañero y por no haber Fray Diego aparecido, salieron a buscarle dos Hermanos y otros parientes y no lo pudieron descubrir en tres días. Al final un hermano suyo descubrió un pie debajo de la leña.
    Trajéronle a la Ermita de San Sebastián que está a la entrada de la ciudad y salieron la clerecía, religiones, nobleza y muchos habitadores de Guadix. Su madre le lavó las heridas con vino. Y lo llevaron en procesión al convento, depositándolo en la Capilla, que era de don Rodrigo de la Cueva y hoy es de sus herederos.
    Pasados siete años abrieron la bóveda para enterrar a un caballero y encontraron el cuerpo incorrupto de Fray Diego entero el hábito.
    La encina donde le asaetearon se conserva con hojas muy hermosas, como lo estaba cincuenta y cuatro años después de la muerte del santo mártir que fue cuando se hizo jurídica información.
    Fue su glorioso martirio el 24 de noviembre del año 1567. Fueron presos los moriscos que lo mataron y en su confesión declararon lo referido.


    <!-- editby -->

    editado por: ASandy, 22/01/2011 13:00h<!-- end editby -->
  • Publicado: 01.02.2011, 09:14
     
    ASandy
    rango:
    Colaborador/a Colaborador/a
    Registrado desde:
     mayo 2008
    Estado:
    desconectado
    última visita:
    13.04.14
    Mensajes:
    513
    70

    DE LOS NIÑOS MÁRTIRES DE LA VILLA DE LA PEZA

    Son muy celebrados en la Iglesia los niños mártires, como los de Alcalá de Henares San Justo y San Pastor, ofreciéndose al martirio. Muy parecidos a ellos fueron los niños de La Peza Cristóbal y Andrés de Arce, también hermanos que padecieron en la rebelión de los moriscos el año de 1569 según refiere el licenciado Bermúdez de Pedraza.
    En el término de Guadix está el lugar de La Peza muy ilustre por sus dos mártires. Tiene este lugar una fortaleza de la que fue Alcalde el caballero Cristóbal de Arce, hijo de otro Cristóbal de Arce que sirvió a los reyes en la conquista de este reino y por lo que recibíó esta fortaleza y otras tierras en Baza. Llegó a La Peza el rey moro Aben Humeya con cinco mil moros, persuadió a los vecinos que se alzasen y los llevó a las Alpujarras, parte de ellos forzados, pues no querían alzarse, y parte de ellos de grado.
    El Alcalde Cristóbal de Arce Hízose fuerte dentro de la fortaleza y los moros tampoco se quisieron detener a combatirla, pero se llevaron a su mujer doña Isabel Muñoz y a dos hijos suyos Cristóbal y Andrés de Arce. Habían estos niños bajado de la fortaleza al lugar cuando Aben Humeya entró en ella. ( la villa), asiéronlos y los maniataron los moros con deseo de que el padre entregase la fortaleza por la libertad de los hijos, y aunque el Alcalde no entregó su puñal como don Alonso Pérez de Guzmán, el bueno, pero dejó llevárselos por no entregar la fortaleza, y lleváronlos a Ojíjar el Jueves Santo, de este año, donde el moro les persuadía renegasen de la fe de Cristo, con ofertas de vida, hacienda y estado, pero los jóvenes resistieron a sus promesas y amenazas como cristianos viejos, ofreciendo sus vidas al martirio. Aquella noche condenó el rey a muerte al inocente Cristóbal de edad de trece años, el mayor de los dos hermanos, pero su muerte fue maravillosa por las circunstancias de ella. El Viernes Santo por la mañana fue Cristóbal crucificado, tal vez aconsejado por algún judío como asesor, y su hermano Andrés atado a los pies de la cruz para que renegase ante la horrible muerte de su hermano. Dos días estuvo vivo en la cruz Cristóbal y persuadía a su hermano mirase por su alma siendo fuerte en la fe y no renegase de ella. Andrés estaba asombrado de que siendo su hermano tartamudo le hablase muy claro. Era Andrés de nueve años y prometía morir por Cristo, y viendo derramar a su hermano tanta sangre le preguntaba si le dolían mucho las heridas y Cristóbal le dijo que no le dolían.
    El segundo día pasó por Ojíjar una tropa de moros, y viendo en la cruz a Cristóbal, uno dijo: ¿todavía vive este perro? Y le dió una herida por el costado con la que entregó su alma a su Creador.
    Los moros llevaron consigo a su hermano Andrés y después de reducidos al servicio del rey nuestro señor, le restituyeron a sus padres para historiador del glorioso martirio de su hermano.
    Aunque Don Diego de Mendoza no coincide con lo que nos ha contado Bermúdez de Pedraza dice: A los hijos de Arce, alcalde de La Peza, uno degollaron y otro crucificaron, azotándole e hiriéndole en el costado primero que muriese; sufriólo el mozo, y mostró contentarse de la muerte conforme a la de Nuestro Redentor, aunque en la vida fue todo lo contrario, y murió confortando al hermano que descabezaron.



    <!-- editby -->

    editado por: ASandy, 01/02/2011 10:18h<!-- end editby -->
  • Publicado: 15.02.2011, 17:58
     
    ASandy
    rango:
    Colaborador/a Colaborador/a
    Registrado desde:
     mayo 2008
    Estado:
    desconectado
    última visita:
    13.04.14
    Mensajes:
    513
    71

    TRIUNFO GLORIOSO DE DON PEDRO GUIRAL CARVAJAL Y MOLINA, NATURAL DE GUADIX.

    Es muy alabado el nobilísimo mozo Pedro Guiral, que esclavo en Argel, perdió la vida por no haber querido complacer a su deshonesta y cruel ama.

    Era natural de Guadix donde le bautizó en su Catedral el licenciado Hinojosa el 17 de febrero de 1579. Hijo de Don Luis Guiral Carvajal, señor de Diezma y regidor de Guadix, y de doña Juana de Molina y Cueva su legítima mujer. Su abuela paterna doña Francisca Carvajal era sobrina de don Diego de Carvajal señor de la villa de Jódar general de las armas en Fuenterrabía y de quienes descienden los marqueses de Jódar, y su abuela materna Mariana de la Cueva hija de Juan de la Cueva que fue uno de los doscientos caballeros hijosdalgo pobladores de Guadix. Criaron a Don Pedro con la cristiana educación correspondiente a su sangre y el amor debido a su primogénito. Su padre lo dedicó muy pronto a la milicia, sirvió en la armada real de España con sus hermanos don Sebastián, don Diego y don Luis y así mismo en la conducta y guarda de los galeones.

    Después sirvió Don Pedro en Orán y Mazalquiví bajo el duque de Maqueda teniendo mucho nombre por su valentía ante los africanos.
    El alcalde moro de Mostagán desafiaba a los cabos principales de Orán, y Don Pedro acompañado de su primo don Gregorio se encaminó muy cerca de los muros de Mostagán a desafiar al alcalde y no queriendo este salir se arrojaron a las puertas de la fortaleza donde clavaron sus puñales. Al tiempo de retirarse derribaron a don Gregorio de un flechazo y llevado por don Pedro a Orán murió a los pocos días.

    En otra ocasión le provocó a desafío un moro y habiendo ido Don Pedro al sitio de las Piletas confín con el castillo de San Felipe, mató en los primeros encuentros al enemigo.
    Hallándose aquellas fortalezas con necesidad de soldados, envió el Duque de Maqueda a don Pedro como capitán de infantería para que en Málaga y Almería levantase gentes. Al pasar por Guadix trataba de casarse con su prima doña Mariana de Molina y Cueva, pero se desvaneció el casamiento por desazones entre parientes.

    Habiendo levantado gentes se embarcó el 13 de abril de 1625 en el bergantín de Orán en Málaga hacia Almería y de aquí a Orán. El viento le fue poco favorable y encontró algunas embarcaciones de Argel con las cuales peleó, animando valerosamente a los suyos que unos muertos y otros malheridos, le fue preciso rendirse quedando por cautivo de un corsario o Capitán moro llamado Mostafá. Ya en Argel le compró una noble y rica mora, llamada Zahara Iznague a fin de rescatar a su marido que estaba cautivo en los dominios de España. Con esta noticia Don Luis Guiral, padre de don Pedro pidió a Felipe IV mandase entregar el moro Hazán para el canje de Don Pedro. Mas se le dieron otros moros y no Hazán. Pasáronse en estas diligencias algunos años padeciendo don Pedro prisión, hambre, desnudez y otras fatigas. Al fin repitiendo las instancias el padre de Don Pedro ante el Rey para que le entregase por su dinero al moro, le entregó a este pero en el puerto de Cartagena murió el moro. Su esposa Zahara, inclinada con torpe amor a don Pedro consiguió del duan de Argel que le condenase a quemar vivo con otro mozo cautivo si no renegase de la fe católica y se casase con ella, a lo que Don Pedro valeroso y constante a la fe, no queriendo complacer a su torpe ama, dijo que él mismo llevaría la leña y se entregaría a las llamas. Solimán, gobernador de Argel le persuadió también y le haría grandes mercedes. Mas no aprovechando las ofertas le entraron en la hoguera y por espacio de veinticuatro horas peleó con fortaleza entre las llamas de fuego lento infundiendo valor a su compañero.

    Allí despreció las exhortaciones de su perversa ama, allí declaró las verdades eternas evangélicas y la eternidad del reino de Dios, allí se fortalecía con la invocación de Cristo y de su Madre Santísima y al final cruzados los dedos en forma de cruz significaba con ello la verdadera y firme fe. El feliz transito de este clarísimo hijo de Guadix fue el día 13 de febrero de 1631.

    Solicitaron sus reliquias Guadix y Orán mas al final lo consiguió Ceuta a cambio de unos cautivos, donde las colocaron en un arca pequeña y en el altar mayor del entonces convento de Religiosos Trinitarios Calzados. Después con motivo de unas obras sacaron el arquita de en medio del altar mayor, y que tenía esta inscripción: Depósito de Don Pedro Guiral, natural de Guadix, quemado en Argel por la Fe de Cristo. Hecho por don Francisco de Almeida, General de Zeuta, año de 1640.
    En su casa y mayorazgos le sucedió su hermano segundo don Sebastián y a su hijo el Rey hizo mereced de título de Castilla el 2 de agosto de 1692, en atención al martirio de su tío.



    <!-- editby -->

    editado por: ASandy, 15/02/2011 19:16h<!-- end editby -->
  • Publicado: 25.02.2011, 07:28
     
    ASandy
    rango:
    Colaborador/a Colaborador/a
    Registrado desde:
     mayo 2008
    Estado:
    desconectado
    última visita:
    13.04.14
    Mensajes:
    513

    72

    MEMORIA DE LA VIDA Y MUERTE DEL VENERABLE PADRE FRAY JUAN FALCONI, NATURAL DE FIÑANA

    La vida de este siervo de Dios fue escrita por diversos religiosos del Orden de Nuestra Señora de la Merced y por ordinaria presentadas en Roma para su beatificación.
    Nació en la villa de Fiñana el día 24 de marzo de 1596, hijo de Juan Falconi alcalde mayor de Fiñana y doña María de Bustamante natural de Guadalajara. Fue bautizado el día 7 de abril del mismo año por el licenciado Martín Fernández de la Puerta, cura de la misma villa.
    Desde muy pequeño era inclinado a dar objetos de su casa a los pobres como un jarro o cucharas de plata. A los seis años fue a Granada con sus padres y un religioso de la Compañía de Jesús le mandó comulgar antes de los siete años. Estando su padre destinado a Ujíjar allí comenzó sus estudios de gramática y de allí lo volvieron a Granada para terminarlos.

    Estando sus padres ya en Madrid resolvió Juan pedir el hábito de Nuestra Señora de la Merced y venciendo la opinión de sus padres se lo concedieron y los tomó el día 11 de abril de 1612 a los quince de su edad y después de un año de Noviciado profesó en manos del maestro Fray Francisco de Ribera que después fue Obispo de Guadalajara y Mechoacán. Después de estudiar filosofía fue enviado a Salamanca para cursar teología y donde se ordenó de Epístola y Evangelio y posteriormente fue ordenado de Misa y opositando a la lectura de Teología de Segovia le dieron la cátedra, y de aquí fue promovido a Valladolid y a Salamanca. Queriendo tener una vida mas retirada a la soledad de su celda solicitó hasta que le admitieron la renuncia.

    Dedicóse a estudiar teología mística y a ejecutar su espíritu en el confesionario siendo muy numeroso el concurso de cuantos lo buscaban, narrándose numerosas anécdotas de cómo atendía a sus penitentes que hasta si los encontraba por la calle, y llevando mucho tiempo sin ir a la Iglesia una mujer a la que había sacado de su mal estado, ya había vuelto a él, le dijo: "Hija, ¿para qué huye y se recata de mí? Quien dejó a Dios, no me admira que me haya dejado a mí?, y estas palabras la llevaron de nuevo a la confesión muy arrepentida.
    Deseando comunicarse con él personas Reales se negaba a entrar en palacio y le obligaron a ello con precepto de obediencia.

    Fue muy singular su piedad con los enfermos, experimentándose muchas maravillas con su asistencia.
    Se le atribuye también que había estado al mismo tiempo en dos lugares distintos según lo depusieron los testigos.

    Dejó escritos y se encuentran en un volumen, que son: Cartilla para saber leer en Cristo. Otro, Vida de Dios incomprensible y divina. El Pan cotidiano. Momentos de la Misa. Tesoro de la misericordia de Dios.
    En el discurso de su vida padeció graves enfermedades que no le permitían dar alivio a su naturaleza. Una de sus oraciones era: ¿Cómo, Señor, ostentas tu poder contra una débil hoja? Seamos amigos, buen Jesús; mirad, Señor, mis pocas fuerzas. Y ya en el lecho de muerte decía a los religiosos que le acompañaban: Padres míos, ayúdenme a morir bien, que en las cosas de Dios y de mi salvación soy un bruto.

    Dio el alma al Señor el último día de mayo de 1638, y sin convidar a nadie, acudió toda la Corte a su entierro, y jamás se vieron exequias tan lloradas en Madrid.
    Eran tantos los que querían una reliquia de sus vestiduras que viéronse obligados a cerrar las puertas de la Iglesia y convento para darle sepultura.
    Muchos casos milagrosos, dicen, se experimentaron con el contacto de sus reliquias valiéndose de la intercesión del santo fray Juan Falconi, hijo clarísimo de la Villa de Fiñana.




    <!-- editby -->

    editado por: ASandy, 25/02/2011 08:37h<!-- end editby -->
  • Publicado: 07.03.2011, 17:43
     
    ASandy
    rango:
    Colaborador/a Colaborador/a
    Registrado desde:
     mayo 2008
    Estado:
    desconectado
    última visita:
    13.04.14
    Mensajes:
    513

    73

    CLAROS VARONES DEL ESTADO ECLESIÁSTICO, NATURALES DE LA CIUDAD DE GUADIX

    Con la alabanza que se da a un varón insigne, es engrandecida su misma patria, porque con él aumenta el esplendor de la misma.


    El Cardenal Don Gaspar de Ávalos, colegial mayor que fue de Santa Cruz de Valladolid, Obispo de Guadix, Arzobispo de Granada y últimamente de Santiago de Galicia, cuya vida y acciones he referido en el capítulo primero.


    El doctor don Luis de Tena hijo de Juan Martínez de Tena y de Francisca Gómez, vecinos de Guadix entró de colegial en el de Teólogos de Alcalá de Henares el 16 de octubre de 1579, y en el mayor de San Ildefonso en 1583, donde fue rector de su Universidad, catedrático de Artes y Teología en la de Escoto y después en la Prima de Santo Tomás.
    Fue Canónigo de la Iglesias magistral de Alcalá, y en Toledo magistral de Sagrada Escritura. Fue promovido como confesor de la Reina de Francia doña Ana de Austria, infanta de Castilla, mujer de Luis XIII.
    Por el año de 1612 fue promovido al Obispado de Tortosa y nombrado después por diputado general del principado de Cataluña.
    Fue insigne escritor y entre sus obras están: Comentaria et disputationes in Epistulam D. Pauli ad hebreos. Otro Isagoge in totam Scripturam y el intitulado In Joanam et Habacuc, Profetas. También se halla impreso el Sermón que predicó en Toledo en las fiestas de Beatificación de Santa Teresa de Jesús.
    Pasó de esta vida el año 1622.

    El doctor Don Diego de Santa Cruz y Saavedra obtuvo canongía de Baza en 1590 de donde paso a la Doctoral de la Catedral de Guadix, y debido a sus muchas letras asistió por esta ciudad al Concilio que se celebró en Granada el año de 1600 para la calificación de las reliquias del Sacro Monte.

    El Padre Fray Diego de Guadix religioso del Orden Seráfico de la Observancia fue visitador por su Religión de la Provincia de Canarias y por ser insigne en la lengua arábica le nombró por su intérprete el Tribunal de la Santa Inquisición de Granada. Estuvo en Roma donde consiguió el rezo de San Torcuato de Su Santidad Sixto V.
    Escribió un libro erudito intitulado Explicación de la lengua arábica. Fue Guardián del Convento de Córdoba y murió santamente el año 1615 y fue sepultado en el Convento de Guadix.

    El Padre Fray Bartolomé Matías, religioso del mismo Orden fue varón ejemplarísimo y de ardiente caridad asistiendo a los enfermos en la peste que padecieron diferentes ciudades de Andalucía, y pasó de esta vida el año de 1637

    El doctor don Antonio Mira de Amescua natural de Guadix fue capellán de honor de las Majestades de Felipe III y IV, varón eruditísimo en letras divinas y humanas, fue dotado de un ingenio nativo en la poesía como acreditan sus escritos cómicos. Florecieron en su tiempo insignes poetas y entre todos ellos obtuvo la primacía.
    Fue mucho tiempo Arcediano de la Catedral de Guadix, donde murió.

    Don Pedro Ferrer Maldonado, canónigo de Guadix, escribió un libro intitulado Norte de la vida cristiana: avisos de buen morir impreso en Granada el año 1636.

    El doctor Don Gregorio de Victoria, teólogo insigne, canónigo Magistral de la Catedral de Córdoba donde murió el año 1685.

    El doctor don Francisco Ruiz Noble fue provisor del Obispado de Jaén, canónigo doctoral de la Santa metropolitana de Granada, provisor y visitador general de su Arzobispado, y visitador de la Real Capilla. Dio muchas y muy doctas alegaciones en derecho debido a sus judicaturas obtenidas y últimamente fue gobernador del Arzobispado por enfermedad del Arzobispo de Granada y después en su sede vacante.
    Pasó de esta vida el 4 de abril de 1694.

    El Padre Fray Luis de Cozar de la Orden de Predicadores varón doctísimo en Sagrada Teología, Escolástica y Moral. Maestro por su religión, examinador synodal y Prior de su Real Convento de Santa Cruz.

    El doctor Don José Alvarado fue capellán de los Señores Reyes nuevos de Toledo y canónigo de la santa Iglesia de Granada.

    El doctor don Diego de Sanmartín y el doctor don Gabriel de Sanmartín, su hermano, fueron canónigos y dignidades de la Catedral de Guadix, como el doctor don Pedro Bolaños.

    El doctor don Francisco de Bonilla y Noble fue canónigo doctoral de Almería y gobernador del Obispado de Ávila, canónigo de la Santa Iglesia de Granada y el año 1695 fue promovido por Su Majestad a la Abadía de Burgohondo.
    ---

    Nota: Adviertese cómo los Canónigos eran y siguen siendo una selección eclesiástica a la que opositan, y así la Iglesia Diocesana tiene un claustro de especialidades para el mejor gobierno de la Iglesia, que se dedican a sí mismo al culto de la Sede Catedralicia cuyo titular es del Obispo del lugar, donde este tiene su Cátedra para el pueblo fiel como Sucesor de los Apóstoles. El primero que actuó como en lugar de los Apóstoles en Guadix fue San Torcuato enviado personalmente por Pedro y Pablo. Y no todos los pueblos cuentan con este especial y espiritual privilegio.



    <!-- editby -->

    editado por: ASandy, 07/03/2011 19:32h<!-- end editby -->
  • Publicado: 17.03.2011, 11:22
     
    ASandy
    rango:
    Colaborador/a Colaborador/a
    Registrado desde:
     mayo 2008
    Estado:
    desconectado
    última visita:
    13.04.14
    Mensajes:
    513
    74

    Con estos últimos capítulos sobre el Obispado de Guadix, después continuaremos con los Obispos de Baza, Pedro Suárez nos hace un resumen de personalidades religiosas y civiles que destacaron en su tiempo.
    Y al ser reseñados sus nombres es porque en sus días obtuvieron una relevancia especial en la cultura, religiosidad o en las milicias. Cada uno de ellos son parte muy digna de nuestra historia accitana hasta el año1696 en que Pedro Suárez termina y publica su importantísima Obra Histórica DEL OBISPADO DE GUADIX Y BAZA, que aquí intentamos resumir para hacerla más asequible.

    Puede resultar, muy curioso, cómo esos nombres y apellidos siguen en nuestra ciudad, demostrando, tal vez a no pocos, sus raíces y antepasados a veces muy nobles.



    CLAROS VARONES DEL ESTADO SECULAR, NATURALES DE GUADIX

    Don Álvaro Bazán primer Marqués de Santa Cruz, fue general de las galeras de Nápoles y las de España. Ganó la islas Terceras y de San Miguel. En el año 1561 fue general de diez galeras que guardaban el estrecho de Gibraltar. Hallase en la toma del Peñón y en la guerra de rebelión de los moriscos, año 1569, y en la batalla naval de Lepanto, llevando a su cargo 30 galeras de socorro. El año 1573 ganó la ciudad de Túnez y el Alcazaba. Sirvió en la reducción del Reino de Portugal y en otras muchas partes: Afirma haber ganado ocho islas, rendido dos ciudades, veinte y tres villas, treinta y seis castillos fuertes.
    Fue hijo de Don Álvaro Bazán que también fue general de las galeras de España y uno de los doscientos caballeros pobladores de Guadix en tiempo de los Reyes Católicos.

    Don Sancho de Alarcón fue general del ejército del Rey de Ungría.

    Don Pedro de Mendoza, general de la armada, fue a la conquista del Río de la Plata.

    Francisco Pérez de Barradas, caballero de la Orden de Santiago, Paje del Rey Don Fernando el Católico, Comendador de Cieza, hijo de Don Francisco Pérez de Barradas, uno de los doscientos hijosdalgo pobladores de Guadix, alcalde de la fortaleza de La Peza, trinchante y maestre de Sala del Rey Don Fernando y su capitán en la conquista del reino de Granada. Se hace memoria de él en una inscripción de la capilla mayor del Convento de San Francisco de Guadix de la cual fue patrono.
    Era tan estimado del Rey Don Fernando que teniendo algunas sospechas de desconfianza del Gran Capitán Don Gonzalo de Córdoba le dio facultad el día 14 de agosto de 1515 para que las averiguase cautamente.

    Don Fernando de Barradas y Figueroa, hijo de Francisco Pérez de Barradas, el paje del Rey católico, y doña Leonor de Figueroa, fue un de los más valerosos soldados que sirvieron en la guerra del reino de Granada, en el levantamiento de los moriscos el año de 1569. Peleó valerosamente en un llano alto, en la batalla en el Puerto de la Ragua, donde Don Fernando, asistido de Pedro Arias de Ávila, corregidor de Guadix, desbarató el ejército de los moros, haciéndoles poner en fuga, dejando muertos mas de cuatrocientos, apresando mil bagajes cargados de ropa y cautivando a dos mil moros. Ante la rendición de los moros, Don Juan de Austria encomendó su recibimiento de rendición a Don Fernando en la ciudad de Guadix con los lugares de La Peza, Fiñana, Abla, Aurucena, Guenija, Dólar Ferreira y la Calahorra.

    Don Lope de Figueroa y Barradas hermano segundo de Don Fernando desde que sentó plaza de soldado hasta que murió, sirvió treinta y cinco años al Emperador Carlos V y al Rey Felipe II. En Gálvez habiendo perdido allí con el Duque de Medina CECI, le llevaron cautivo a Constantinopla, de donde le rescató su padre por cuatro mil ducados.
    Sirvió con gran valor en la guerra de Flandes y en el socorro de Malta y guerra de Córcega. Estando en Frisa, alejado del ejército y solo con trescientos arcabuceros, siéndole difícil la retirada, les salió al encuentro y por medio de ellos les ganó la artillería, y acudiendo en socorro nuestro ejército fueron vencidos los contrarios.
    En 1569 sirviendo de maestre de campo, asistiendo a Don Juan de Austria, participó contra el levantamiento de los moriscos en Purchena y Serón, donde fue herido de un balazo en la pierna. En esta misma guerra reclutó a gente de las Alpujarras y haciendo entrada en Guenija degolló más de mil moros y sacó los cuerpos de los religiosos de San Agustín que habían sido martirizados por los moros en una alberca de aceite hirviendo y los llevó al Convento de San Francisco de Guadix. En el año de 1571 participó en la batalla de Lepanto donde la galera real en que estaba don Juan de Austria procuró durante dos horas combatir valerosamente a Alí Bajá, y esforzándose con espantosa valentía saltó don Lope con Bernardino de Cárdenas y don Miguel de Moncada asistidos de muchos españoles, en la galera del mismo Bajá a quien mataron de un balazo y a los turcos que estaban con él.
    D. Juan de Austria despachó con diez galeras el día 10 de octubre, a don Lope con la nueva a su Majestad de Felipe II. Llegado a España informó de todo lo sucedido muy por menor al Rey Felipe II.
    Y el Rey hizo por real cédula de 30 de septiembre de 1569 memoria de todos sus servicios especialmente en Flandes y en ella decía: Por vos principalmente alcancé la victoria, a do ciertamente ganasteis para Nos gloria y para vos honra.
    En 1582 participó también en las batallas contra Felipe Estroci, peleando en el galeón San Mateo. Del mismo modo en Milán, Portugal y Peñón de la isla de San Miguel. Fue caballero de la Orden de Santiago y últimamente capitán general de las costas del reino de Granada.
    Don Rodrigo de Benavides hermano del Conde Santistevan fue un de los capitanes mas distinguidos en la rebelión de los moriscos, en que fue muy señalada la entrada que hizo con el Marqués de los Vélez en el río y término de Boloduy y Guenija donde mataron doscientos moros y cautivaron ochocientas moras y niñas, muriendo solo 18 hombres de los nuestros. Hallase también en la batalla de Lepanto.

    Hernán Valle de Palacios también distinguido capitán contra los moriscos fue designado para que admitiese y recogiese a todos los moriscos que fuesen a dar obediencia al campo de Don Juan de Austria.

    Juan Pérez de Amescua con gran crédito en la misma guerra y, cuando se trató de la reducción de los moros, estuvo a su cargo la de los lugares de Aldeira, Alquife, Lanteira y Jerez.

    Bernardino de Villalta en esa guerra de los moriscos sirvió la tenencia de la fortaleza de la Peza, y en una salida que hizo con su gente y otras tres compañías que le dio el Conde de Tendilla, marcharon desde Alcudia al puerto de la Ragua, entró en Faroles donde murieron más de cien moros e hizo cautivas a muchas mujeres y trajo una gran presa de ganados y ropa.

    Don Luis de la Cueva sirvió al rey Felipe II con Don Juan de Austria en la toma de Mastrich.

    Don Francisco de Barradas y Bazán sirvió a la Corona en la jornada de la Mamora.
    Don Pablo de la Cueva y Benavides, señor de Albuñán, sirvió a la Corona en Orán y otras partes.

    Don Martín de la Cueva, Caballero de la Orden de Calatrava fue administrador general en el partido de Martos.
    Don Francisco de Barradas Aguayo y Portocarrero caballero del Orden de Calatrava sirvió al Rey en la jornada que hizo Felipe IV, en 1642 a Cataluña siendo capitán de infantería con que la Ciudad de Guadix sirvió a su Majestad. Fue Corregidor en la ciudad de Toledo.

    Don Antonio Lope de Barradas Aguayo y Portocarrero, hermano de D. Francisco, alférez mayor de Guadix, Señor de Alía Castilblanco, primero marqués de Cortes y Graena.
    De doña Francisca de Barradas, hermana de D. Antonio son hijos Luis Guiral y Barradas, primer marqués de Diezma, y el maestre de Campo Don Alonso de Granada que murió en la refriega del río Ter, en Cataluña.



    <!-- editby -->

    editado por: ASandy, 17/03/2011 12:32h<!-- end editby -->
  • Publicado: 28.03.2011, 17:52
     
    ASandy
    rango:
    Colaborador/a Colaborador/a
    Registrado desde:
     mayo 2008
    Estado:
    desconectado
    última visita:
    13.04.14
    Mensajes:
    513
    75

    MUJERES INSIGNES EN SANTIDAD NATURALES DE GUADIX

    Sor Beatriz de Amescua, hija de D. Francisco Amescua y doña Isabel de Aguilar, vecinos de Guadix. Fue religiosa del convento de Santa Clara de Úbeda.
    Floreció en penitencia y oración hasta el año de su muerte 1615.

    Sor Luisa de Amescua, hermana de la anterior, abadesa dos veces en el convento de Úbeda. Murió por los años 1623.

    Sor Aldonza de Santa María religiosa del convento de Santiago.
    La Hermana María de San Nicolás religiosa lega del convento de la Concepción, floreció en humildad.

    Sor Antonia Peregrín religiosa del monasterio de Santa Clara de Andujar, dormía en el suelo sin más ropa que su hábito.

    En el convento de Santiago de Guadix fueren también ilustres en santidad Sor Beatriz de Benavides, Sor Catalina de Santa Paula entre otras.
    En el Monasterio de la Inmaculada Concepción de esta cuidad resplandecieron también en virtudes Sor Juana Fajardo, Sor Sabina de Ortega, Sor Catalina de Carranza Sor Ana Ponce, Sor Luisa Quiñones y otras.


    CLAROS VARONES NATURALES DE GUADIX DE DIFERENTES PUEBLOS DEL DISTRITO DE GUADIX.

    El Padre Miguel de Espinosa, natural de Alquife, jesuita el año 1600. Leyó Cátedra de Filosofía en Sevilla, y de Teología en Granada. Dejó manuscritos para imprimir dos tomos sobre la Primera parte de Santo Tomás. Era amante de la pobreza y de la penitencia, ayunaba tres veces a la semana. Murió en 1630 celebrando sus exequias todos los tribunales, Religiones y la primera nobleza.

    El licenciado Juan Gómez beneficiado de Fiñana del que se refiere haber padecido martirio en la rebelión de los moriscos.

    Tomás del Castillo y Ochoa natural de La Calahorra, doctor insigne en medicina, sacó a luz un libro De venenis, el año 1645.

    Don Benito de Figueroa Caballero del Orden de Santiago, natural de Fiñana obtuvo diferentes empleos políticos y militares.

    Don Bartolomé Cordente, natural de Guenija. Estudió jurisprudencia en la Universidad de Granada, fue provisor de Guadix, opositor a las Doctorales de Baza y Murcia, Arcediano y vicario general de Badajoz y obtuvo el empleo de juez de la Monarquía.

    El licenciado don Cristóbal de la Cueva y Rienda, natural de Fiñana y originario de Guadix, insigne canonista, cuyos manuscritos en defensa de la jurisdicción eclesiástica se guardan en el Colegio Real de Granada.
    ----------

    En el siguiente capítulo daremos comienzo a orígenes y Obispado de Baza.

    <!-- editby -->

    editado por: ASandy, 28/03/2011 19:01h<!-- end editby -->
  • Publicado: 09.04.2011, 13:11
     
    ASandy
    rango:
    Colaborador/a Colaborador/a
    Registrado desde:
     mayo 2008
    Estado:
    desconectado
    última visita:
    13.04.14
    Mensajes:
    513
    OBISPADO DE BAZA


    Dice Pedro Suárez:
    "Aunque en el libro primero he referido incidentemente algunas noticias pertenecientes a Baza, me ha parecido reservar para este las más principales, concernientes a su antigüedad y al número de antiguos prelados y varones ilustres, cuya relación necesita de libro separado, siendo de no pequeño lustre a la dignidad episcopal de Guadix mantener en su Diócesis y jurisdicción la insigne iglesia colegial de Baza, por haber sido una de las primitivas catedrales de España y conservar hasta hoy no pocos esplendores de catedralidad"
    -----.

    Por mi parte, hoy, creo quedaría incompleta la historia del Obispado de Guadix, sin haber visto, en breve resumen, cuanto concierne al obispado de Baza, según nos narra D. Pedro Suarez


    ORIGEN Y ANTIGUAS MEMORIAS DE LA CIUDAD DE BASTA O BAZA Y DE SU PRIMITIVA PROVINCIA.


    Fue Baza en la antigüedad cabeza de provincia, conocida con el nombre de Basta, sin que algún autor haga memoria de su fundador, pero nos podemos persuadir que su población y origen fue aún antes de tiempo de fenices, pues hay autores que dicen que cuando vinieron los fenices los bástulos o bastetanos habitaban las costas del Mediterráneo desde Tarifa hasta Barea que se discurre ser Vera. Y que mezclados los fenices con los bástulos aumentaron muchas poblaciones, a las que denominaban como Bastophénicas.

    No es verosímil que como dice Lope de Vega poblaron a Baza el año 750 de Cristo los bastanes de Navarra y que de ellos tomó el nombre de Basta, pues casi toda España estaba dominada en esos tiempos por los moros.

    Habiendo sucedido a los fenices los cartagineses, el general Amílcar de Alejandro Magno habiendo entrado en España el año 516 de la fundación de Roma, extendió el señorío de Cartago por la marina y las tierras inmediatas que consumó Asdrúbal, su yerno y sucesor en el generalato, que fundó de nuevo Cartagena, en cuyo tiempo es muy regular suponer se comprendió en su dominio la ciudad de Basta y Murcia con los pueblos de su comarca.

    Cuando vino a España Quinto Pompeyo, a pelear contra Viriato este los destruyó, matando a muchos romanos, toda la costa de los bastetanos aliados de quinto Pompeyo. De donde se colige que permanecía muy válido el poder y nombre de los bastetanos que después de la muerte de Viriato restauraron sus pueblos. Y así Estrabón, que escribió en el imperio de Tiberio, dice que en su tiempo habitaban los bastetanos casi toda la costa del Mediterráneo, desde Cartagena hasta el monte Calpe, cerca del Estrecho.

    Descendiendo a los siglos inferiores, Leovigildo, rey de los godos, luego que se coronó año 568 de Cristo, hizo la guerra a los bastetanos que estaban apoderados de casi toda la costa del reino de Granada.

    Refieren que los bastetanos tenían sus costumbres propias, vestían de negro y cubiertos de albornoces de pieles de cabra y envueltos en ellos se acostaban en camas de paja; usaban vasos de cera; en el comercio permutaban géneros o daban hojas o llanas de plata; a los sentenciados a muerte los cubrían de piedras; a los parricidas los apedreaban; también dicen usaban sales de color rojo, que molida se emblanquecía y, unas embarcaciones pequeñas a las que llamaban Monoxyla.

    Es antigüedad muy heroica de la ciudad de Baza por haber sido cabeza de la provincia bastetana, siendo uno de sus pueblos Monda, a cinco kilómetros de Málaga, en cuyo campo peleó Julio Cesar año 710 de la fundación de Roma y cuarenta y dos antes de la venida de Cristo con Sexto y Genio, hijos de Pompeyo el Magno entre los cuales fue muy sangrienta la batalla, hasta que muertos tres mil jinetes y treinta mil infantes, se declaró la victoria por Cesar, aunque después declarara que siempre había peleado por la gloria, pero que aquel día había guerreado por la vida.

    En los toros de Guisando aparece esta inscripción: La guerra de Julio Cesar y de Roma se acabó en gran parte, habiendo sido desbaratados Sexto y Genio, hijo de Pompeyo Magno, aquí en el campo de los bastetanos.

    Entre los antiguos escritos Ptolomeo sitúa quince ciudades bastetanas: Pucialia, Salaria, Saltiga, Biggerra, Abula, Asso, Bermuda, Hilunum, Arcilasis, Seguisa, Orcelis, Vergilia, Acci.
    De la mayor parte de estas ciudades se ignora su identidad bien por la ruina o por la mutación de los nombres de otras por la variedad de Naciones que han dominado en España.
    Salaria se supone es Iruela en el término de Cazorla, Turbula dicen ser ahora un despoblado en el término del Arciprestazgo de Baeza, Biggerra una ciudad cerca del reino de Murcia, Abula se entiende o por Bilches en Jaén, o Abla cerca de Guadix, Assso se cree es Huescar, Arcilasis creen ser Alcala-horra, Orcelis dicen es Origüela hasta donde llegaba la Bastetania, Vergilia entienden algunos es Vera cerca de Mujacar.




    <!-- editby -->

    editado por: ASandy, 09/04/2011 14:21h<!-- end editby -->
  • Publicado: 26.04.2011, 11:22
     
    ASandy
    rango:
    Colaborador/a Colaborador/a
    Registrado desde:
     mayo 2008
    Estado:
    desconectado
    última visita:
    13.04.14
    Mensajes:
    513

    77

    En tiempo de los romanos estuvo España dividida en Citerior y Ulterior. La primera es conocida como provincia Tarraconense, y la Ulterior como la Bética y la Lusitania. En la tarraconense había siete conventos jurídicos, uno de ellos en Cartagena a donde acudían los pueblos bastetanos para la administración de Justicia. Y una inscripción en el Castillo de Cartagena, dice así: "Lucio Emilio Restituto, hijo de Marco, de la familia Quirina, natural de Roma, el cual fue Escribano Questor, y Escribano Edilicio de los Cartagineses y de los bastetanos, mandó en su testamento hacer esta obra, en honor del encargo de los ediles"
    .
    El oficio de Questor era publicar los decretos de los Emperadores, dictar las leyes y invigilar su observancia.

    La antigua Bastetania se extendía comprendiendo muchos pueblos de la Bética, que desde el imperio de los Vándalos se llamó Vandalucía, que hoy pronunciamos Andalucía. Esta comprendía la comarca de Baza y parte del Obispado de Jaén hasta Guadix, y además, se extendía mirando a la Bética por la parte que mira a la marina desde Vera y Mujacar donde tirando una linea por encima de Almería llegaba hasta a Granada y se extendían por allí los pueblos de la Bética, y como uno de los cuatro conventos jurídicos estaba en Córdoba allí acudían otros pueblos bastetanos, que también se extendían de la Bética aún a la Tarraconense.

    Plinio refiriéndose a la Tarraconense y al río Guadalquivir sitúa claramente la parte de la Bastetania que miraba la tierra adentro, y en la Bética, la parte que miraba al mar señalando en ella a Iliberi, o Granada.

    Es de notar que Baza, en su antigüedad primitiva, dio ilustre nombre a los pueblos bastetanos, sin embargo no se halla que en tiempo de los romanos fuese colonia, ni que gozase del derecho itálico ni de otro privilegio. Esto no es de extrañar, porque aunque es verdad que el primitivo esplendor de los bastetanos y de su provincia se derivó del tiempo de los bástulos, fenices y cartagineses, conservando su nombre hasta el de los godos; sin embargo, los romanos no atendían, para la elección de colonias y concesión de otros privilegios, a la dignidad de las poblaciones, sino es a la segura confianza que tenían de ellas para la permanente confederación con el imperio romano.

    Y eso o porque sus ciudadanos no lo pretendieron, o porque aunque los pueblos bastetanos tuvieron confederación con los romanos, estos no confiaban de su perseverancia en lo respectivo a los moradores de Baza, o porque no convenía al buen gobierno aumentar el número de colonias en los pueblos de Basta.

    Más el sitio y fertilidad de Baza hacen memoria los historiadores describiendo su población a las faldas de un collado, en lo apacible de un valle, y refiriendo su vecindad, su nobleza, su alcazaba y antiguos muros con cuatro puertas, su abundancia de panes, vino, blanquísima miel, gustosas frutas y cazas, la cría de ganados y especialmente de caballos, que son de la mayor estimación en Andalucía, la amenidad de sus ríos, sus cristalinas y copiosas fuentes, cuyas vertientes, penetrando la ciudad, riegan sus huertas, y el regalo de sus baños, cuyos manantiales nacen en el margen del río Barbata, al pie del monte Javalcohol. Adonde acude mucha gente del reino de Granada, Jaén y Murcia, por lo saludable de sus aguas, naturalmente calientes.




    <!-- editby -->

    editado por: ASandy, 26/04/2011 12:54h<!-- end editby -->
  • Publicado: 04.05.2011, 07:08
     
    ASandy
    rango:
    Colaborador/a Colaborador/a
    Registrado desde:
     mayo 2008
    Estado:
    desconectado
    última visita:
    13.04.14
    Mensajes:
    513
    78
    ANTIGÜEDAD DEL OBISPADO DE BAZA Y SUS LÍMITES


    La primera memoria y testimonio de su Obispado se halla en la antigüedad es del Concilio Iliberitano, celebrado, según la más probable opinión en el año 303 de Cristo, cuyas actas refieren las colecciones generales y las particulares de España sacada a luz por Mendoza, García de Loaysa y el Cardenal Aguirre. Según las cuales uno de los diez nuevos Prelados que asistieron a él fue Eutiquiano, Obispo de Baza.
    La segunda memoria es del tiempo de San Silvestre, Papa, y de Constantino el Magno, en cuyo imperio entre el año 306 al 337 se reputa el hecho del deslinde y división de los Obispados de España. El tercero testimonio, que hay de la Cátedra Episcopal de Baza es del Concilio Toledano tercero del año 589 celebrado en presencia del Rey Recaredo en que fue condenada la herejía de Arrio, y en él asistió y firmó Teodoro, Obispo de Baza.
    Las Iglesias de la primera graduación de España, para probar la antiguedad de sus Catedrales, no tienen otros testimonios más de los referidos, y por la de Baza, como de otras muchas se ignora el tiempo fijo de su primera erección, si bien se persuade que la de Baza fue en tiempo de la predicación de San Torcuato, o poco después.
    Modernamente se dice que San Tesifón, compañero de San Torcuato, fabricó la Catedral de Baza y fue su primer Obispo y que los Santos Maximino y Lupario consiguieran la corona del martirio con San Tesifón en el Monte Santo de Granada.
    Don Martín Jimena, natural del Obispado de Jaén, dice que el primer Obispo de Baza fue San Tesifón siguiendo a los cronicones de San Isidoro y de Eusebio Cesariense. Aunque otros que testifican con el cronicón del Padre Higuera que San Tesifón fuese Obispo de Vergi, es decir de Verja, donde se le venera.
    Los Padres Bívar, Quintanadueñas y otros dicen, que San Tesifón fue el primer apóstol que predicó y el primer catedrático que leyó y enseñó las verdades eternas a los moradores de Baza y Huescar.
    Pero nos hallamos que también se dice que fue San Torcuato el que llevó la fe a Baza y Huescar, más lo que se puede creer piadosamente y con bastante probabilidad es que la ciudad de Baza fue una de las primeras que en España abrazaron la ley de gracia, por hallarse tan inmediata a Guadix, y que San Torcuato asistido de sus coapóstoles, o alguno de ellos, sin que se pueda señalar cual de ellos fuese, llevaron la fe a esta ciudad. De aquí se puede inferir, que por aquel tiempo o poco después, se erigiría la Catedral de Baza en aquellos tiempos una de la principales ciudades de España.
    La antigua catedral de Baza fue siempre sufragánea de la Metrópoli de Toledo cabeza de la Provincia Cartaginense y según la división de los Obispados en el Imperio de Constantino el Magno en el cual numera el de Baza. En tiempos de Wamba, años 672 al 681 en otra división de Obispados, se halla también el de Baza entre los sufragáneos de Toledo.
    Asistieron los Obispos de Baza solamente a los Concilios toledanos antes de la pérdida de España, y no a los Hispalenses ni a otros provinciales que son los que pueden celebrar los Metropolitanos de donde se prueba que Baza perteneció siempre a la Metrópoli de Toledo.
    En la designación del tiempo de Wamba se le hizo a la de Baza esta asignación o términos, diciendo: Baza tenga desde la Montaña hasta Gesta, y desde Rauca hasta Rusita. El nombre o sitio de Gesta (o Egesta) asignado al Obispado de Baza se presume haber sido Vélez el Rubio y Vélez el Blanco, cercanos a Lorca. El otro sitio o de Montaña corresponde al de Sierra, que sería la de Baza, que se extiende por aquella parte que se llama la Venta del Padul hasta los confines del término de Fiñana, siendo posible que dilatando las líneas hasta Sierra Nevada, por entre Fiñana y Abla se discurra que la asignación del término Montaña era el principio de Sierra Nevada, a cuyo distrito y sus Alpujarras llama Marineo Sículo Montes Bastetanos.
    En cuanto a los otros términos de Rauca y Rusita hacían referencia a puntos cardinales, sin que en materia antigua se pueda afirmar cosa determinada sobre la identidad de estos límites asignados en el reino de Wamba, así al Obispado de Baza como de otros muchos de las demás de España, por haberse mudado los nombres de las poblaciones y sitios despoblados por la confusa variedad de las naciones y antigua y larga sucesión de los años.


    <!-- editby -->

    editado por: ASandy, 04/05/2011 08:14h<!-- end editby -->
  • Publicado: 14.05.2011, 11:13
     
    ASandy
    rango:
    Colaborador/a Colaborador/a
    Registrado desde:
     mayo 2008
    Estado:
    desconectado
    última visita:
    13.04.14
    Mensajes:
    513
    Nota: Todos repetimos, autómatamente: Obispado de Guadix y Baza, pero por ello, sin conocer la verdadera realidad histórica del por qué, cuando y cómo Baza tuvo sus Obispos , privando después de esa grandeza tan antigua a los tan históricos Bastetanos como Obispado independiente de Guadix y que pertenecía al Metropolitano de Toledo.
    Yo fui invitado, un año, a Predicar el Sermón de sus Fiestas y centré mi discurso en hacer una breve reseña histórica de la Catedral de Baza y sus Obispos.
    D. Ángel Casas, Notario por entonces de Baza, durante la comida, se refirió a lo oportuno del tema y me dijo: esto lo ha tomado de mi libro sobre Baza, que él me había regalado, y yo le dije, en cierto modo sí, pero los dos hemos acudido a la misma fuente: la obra de D. Pedro Suárez, que aquí, ahora estoy resumiendo, y lo creo muy útil para los lectores ávidos de saber también cómo desapareció Baza como Obispado y al fin, quedándole su Colegiata queda adscrita al Obispado de Guadix, separándola de la Metropolitana de Toledo.


    79
    DE EUTIQUIANO, EL OBISPO PRIMERO DE BAZA DE QUIEN SE HALLA NOTICIA

    Aunque la antigua ciudad de Baza tuvo prelado desde los siglos inmediatos a la predicación de Santiago y sus discípulos, si embargo, el primero de quien se halla noticia en las historias eclesiásticas es el Obispo Eutiquiano por los años 303 de Cristo. En que se celebró el Concilio Iliberitano, presidido por el Obispo Félix de Guadix al que asistieron diecinueve Obispos entre ellos Eutiquiano de la catedral de Baza. Laurencio Surio y otros le numeran en el décimo nono lugar.
    No es de extrañar se halla sepultado en el olvido la memoria de los prelados precedidos cuando por las persecuciones de los emperadores romanos, contra la Cristiandad, en otras Iglesias de igual o mayor nombre, como la de Córdoba, no se hallan noticias hasta después del año 270 de Cristo. La Catedral de Málaga no tiene más noticias de sus primeros prelados que la del Obispo Patricio, por el año 303. A este modo pudiera ejemplificarse lo mismo en otras muchas catedrales.
    Ignóranse las acciones y vida de Eutiquiano obispo de Baza, pero padecería los mismos trabajos de los demás Padres del Concilio por las persecuciones que le movieron a Daciano y sus ministros, sobre que entregasen las actas del mismo Concilio y libros concernientes a la ley evangélica.
    Ignórase también el día y año en que murió el Obispo Eutiquiano, se cree pudo morir mártir en la persecución de Diocleciano y Maximiano.
    Don Martín Jimena se singulariza en decir que Don Eutiquiano fue Obispo de Baeza, basado en un códice sacado para los Obispos de España de la colección general de los Concilios impreso en Venecia, año 1585 en que se lee: Eutiquiano Beatiano, no dice Bastetano. Pero fácilmente se convence su imaginada aserción con responder con otros escritores que llaman a Eutiquiano Obispo de Baza, como San Ambrosio de Morales, el cual afirma que Eutiquiano fue Obispo Bastetano y que así consta en los códices originales de los Concilios de España, que registró su persona en la librería de la Santa Iglesia de Toledo, y en la del Monasterio de San Millán de la Cogulla, de donde fueron llevados a San Lorenzo del Escorial, año 1598 por solicitud de Felipe II. Y así Don Fernando de Mendoza valiéndose con particular estudio de los cánones del Concilio Iliberitano y otros, copió de todos ellos a Eutiquiano Bastetano o Bastitano, no de Baeza.
    Desvanécese también la idea de Jimena y Bilches, si se hace reflexión que en el año 303 de Cristo, en que asistió Eutiquiano al Concilio de Iliberis, no tenía Baeza silla episcopal ni la tuvo hasta el año 675, en el reinado de Wamba. Y así en los Concilios Toledanos antes de este tiempo no se halla haber concurrido Obispo alguno de Baeza. Aunque Jimena manifiesta que en esos concilios donde dice con prelados con el título de la Iglesia Visense o Vecense (que es la de Viseo de Portugal) se debe leer en su lugar Baiciense, que es Baeza. No teniendo más argumento que su voluntario antojo, pues en los Concilios siguientes al que asistieron Obispos de Viseo y también de Baeza se expresan los nombres de ellos.
    Del mismo modo se desvanece la aserción de Jimena, porque en una antesala del palacio episcopal de Jaén, donde están las efigies de los prelados que ha tenido aquel Obispado desde San Eufrasio, discípulo de Santiago, hasta hoy, no se ve la de Eutiquiano, ni la de prelado alguno de Baeza hasta Rogato.

    El por qué de esta discusión está que Jimena necesitó mendigar y dislocar prelados de otras Iglesias para poblar con algún número de planta de ocho catedrales, que quiso fabricar sin fundamento en su idea, situándolas todas en el mediano distrito que hoy tiene el Obispado de Jaén.
    No nos dice el P. Suárez si Jimena era de estas tierras de Jaén, pero lo que defendía era dar importancia extraordinaria a este Obispado, por la importancia histórica que tenía una Catedral.

    DEL OBISPO EUTIQUIANO, QUE ASISTIÓ AL CONCILIO PRIMERO DE ZARAGOZA, Y ALGUNOS DICEN FUE PRELADO DE BAZA.

    En tiempos del Papa San Dámaso y del emperador Teodosio, ambos españoles, se celebró el Concilio primero de Zaragoza, contra Prisciliano, natural de Galicia, que enseñaba: que los hombres estaban sujetos a los hados y constelaciones del cielo, y que las almas eran de la misma naturaleza y sustancia que Dios, y no era pecado mentir, aunque se afirmase con juramento la mentira. El mismo San Agustín sacó a luz un libro contra estos errores titulado Libro de Mendatio y otros escritos contra los Priscilianistas. En este Concilio fue condenado Prisciliano que se cree fue Obispo de Ávila, y los Obispos Instancia y Salviano. También lo fue el Obispo de Córdoba Agidino.

    Asistieron a este Concilio muchos Obispos españoles y franceses de la provincia de Aquitania aunque solo se conservan el nombre de doce de ellos en unos fragmentos encontrados de sus actas. Uno de ellos fue Eutiquiano, así el Padre Higuera en el cronicón del arcipreste Juliano, le llama Obispo de Baza. García de Loysa persuade que este es el mismo Eutiquiano, Obispo de Baza, que asistió al Concilio de Iliberitano con Valerio, Obispo de Zaragoza. Pero el Padre Argaiz dice que fue otro Obispo posterior de Baza llamado también Eutiquiano. Y al parecer y no habiendo otro testimonio más que el de la coincidencia del nombre y considerada la distancia de uno a otro Concilio, ochenta años, y habiendo sido nombrado Obispo de Baza Eutiquiano ya muy mayor, viviese en el Episcopado ochenta años más. Y al no tener noticia alguna de la catedral que gobernada el Eutiquiano presente en el Concilio de Zaragoza, no podemos asegurar que fuese el mismo Eutiquiano Obispo de Baza.


    NOTICIA MODERNA DSE LOS ANTIGUOS OBISPOS DE BAZA

    La turbación de las continuas guerras y la tempestuosa avenida de los sarracenos fue la total ruina que ocasionó que pereciesen los monumentos más venerables de la jerarquía eclesiástica y con ellos las Dípticas de los prelados que rigieron las Iglesias de España antes de su pérdida universal.
    En el siglo presente han escrito algunos, más con el fín de aumentar las historias con noticias apócrifas que con el deseo de acrisolar las más puras y verdaderas. Y así en el cronicón Hauberto Hispalense, a la antigua catedral de Baza le da el siguiente número y nombres de Obispos que dice tuvo principio en tiempo de los godos:
    San Esteban el año de 463.
    Andrés, mártir 478
    Severino 497
    Juliano 526
    Otro Andrés, mártir 548
    Geroncio 576
    Avaro 597
    Claro 629
    Romano 647





    <!-- editby -->

    editado por: ASandy, 14/05/2011 12:50h<!-- end editby -->
  • Publicado: 28.05.2011, 09:40
     
    ASandy
    rango:
    Colaborador/a Colaborador/a
    Registrado desde:
     mayo 2008
    Estado:
    desconectado
    última visita:
    13.04.14
    Mensajes:
    513


    Continuación.

    Siervo de Dios 653
    Valesiano 678
    Faculiano 700
    Andrés 723.
    Todos estos nombres son fingidos, excepto el de Siervo de Dios. También es incierto que la catedral de Baza tuvo principio en tempo de los godos, pues su Obispo consta ya en las actas del Concilio Iliberitano el año 303.


    80

    NOTICIA AUTÉNTICA DE LOS ANTIGUOS OBISPOS DE BAZA .

    La Iglesia de Baza y otras de España no tienen otra noticia auténtica más que la que consta de los Concilios Toledanos, excepto del primero y segundo en que están los nombres de los Obispos sin expresión de sus Iglesias. Y por la de Baza se hayan los siguientes:
    Teodoro.- Asistió al tercero Concilio toledano el 8 de mayo del año 589 en presencia del Rey Recaredo, donde fue condenada la Secta de Arrio.
    Eterio.- Asistió y firmó en un Concilio toledano el año de 610, primero de reinado de Gundemaro, para reducir a la obediencia de Aurasio Metropolitano de Toledo, a muchos Obispos de la provincia de Cartagena que pretendían eximirse de la jurisdicción metropolitana de Toledo.
    Eusebio.- Asistió al cuarto Concilio toledano el año de 633 en tiempo del Rey católico Sisenando. En el año 635 de nuevo aparece su firma en cuarto lugar en el quinto Concilio, del mismo modo el año 638 en el sexto Concilio toledano.
    Siervo de Dios.- Obispo de Baza asistió al octavo Concilio que se celebró el año 653 y que fue convocado por San Eugenio, Metropolitano de Toledo.
    Eterio.- Segundo de este nombre asistió al undécimo Concilio toledano en el año 674 convocado por el Rey Wamba principalmente por haberse estragádose no poco la disciplina eclesiástica.
    Antoniano.- Asistió el año 681 al Concilio toledano, y entre otras cosas se decretó que el Metropolitano de Toledo, en ausencia del Rey, pudiese elegir Obispo en cualquier provincia que vacase una Catedral. En el año 683 también se halló en el Concilio decimotercero y del mismo modo en el decimocuarto Concilio el año 684.
    Basilio.- Varón de singular santidad y doctrina asistió al decimoquinto Concilio el año 688 en el que se estudió un memorial del Rey Egíca sobre el juramento que tenía hecho de amparar a la reina viuda y sus hijos. Y en el año 693 se convocó el décimo sexto Concilio toledano que solicitó el mismo Egíca, y en él dió cuenta de la conjuración contra su persona y contra su corona por parte del Metropolitano de Toledo, Sisberto que había puesto en rebelión a sus vasallos y llamando las armas de Francia, por lo cual los Padres del Concilio desterraron y depusieron de la silla primada a Sisberto y colocaron en ella al Santo Félix, metropolitano de Sevilla.


    DE LA MUERTE DE BASILIO, ÚLTIMO OBISPO DE BAZA, AL TIEMPO QUE SE PERDIÓ ESPAÑA

    Vencida fue España de los alanos, vándalos, suevos y godos que la acometieron juntos; pero vencida supo vencer sus ánimos sujetándolos al suave yugo de la Iglesia, por medio de sus Obispos, en cuyos Concilios entraban los mismos Reyes presentando sus memoriales. Mas extinguido el espíritu de los godos marcial de los godos, los africanos inundaron los pueblos de España, que como decía el Arzobispo Don Rodrigo que de aquellas corrientes rotas las cataratas del cielo, se retiraban los españoles de tan crecidas corrientes a las más eminentes montañas. Unos a las montañas de Oviedo, otros a Vizcaya y Navarra y otros en sitios intermedios pareciéndoles tendrían allí seguridad.
    Cuando sucedió esta funesta y universal pérdida, se cree era Obispo de Baza el mismo Basilio quien después de sus trabajos en los Concilios toledanos, lloraba la última miseria de España con la profanación de los templos bastetanos.
    Muchos obispos se retiraron de sus Catedrales o a Oviedo, otros a Galicia y de otros no queda noticia de su fin y muerte por la suma confusión con que fueron aterrados los españoles.
    Para el historiador Predraza se retiraron a un monte en la vera de Plasencia, donde había un Templo dedicado al Salvador, los Obispos siguientes: Basilio, de Baza; Zaqueo, de Córdoba; Honorio, de Málaga; Arcadio de, de Écija; Pupulo de, de Niebla; Hahito, de Urci (¿Orce); Arcesindo, de Cabra; Teodiselo, de Baeza; Sisebato, de Tucci (Martos); Cunículo, de Itálica y Centerio , de Iliberi o Granada. Allí se dedicaban a la predicación evangélica a cuantos buscaban consuelo espiritual. Continuando los moros sus victorias cogieron de repente a los Obispos referidos asistiendo al que celebraba el Santo Sacrificio de la Misa, y no la pudieron acabar escondieron en un pozo las sagradas especies porque no viniesen a manos de aquella pérfida gente, y allí fueron todos pasados a cuchillo consiguiendo el premio de mártires por el año 715.
    Esta noticia no tiene más credibilidad que la del Padre Pedraza y otros que la copiaron del cronicón conocido con el nombre de Luitprando y Juliano, del Padre Higuera.




    <!-- editby -->

    editado por: ASandy, 28/05/2011 10:50h<!-- end editby -->
  • Publicado: 08.06.2011, 12:13
     
    ASandy
    rango:
    Colaborador/a Colaborador/a
    Registrado desde:
     mayo 2008
    Estado:
    desconectado
    última visita:
    13.04.14
    Mensajes:
    513
    81

    DE ALGUNOS OBISPOS MOZÁRABES DE LA CATEDRAL DE BAZA

    Rendida Baza al imperio de los árabes, consiguieron después los cristianos que en ella quedaron el permiso de vivir en la ley de Cristo y a tener Iglesia donde celebrasen los divinos oficios aunque gravados con excesivos impuestos.
    Con la entrada de los moros almohades por el año 1151, aproximadamente, en tiempo del Rey Don Alonso el Séptimo, hijo de Doña Urraca, los moros con el deseo de borrar de todo punto el nombre de Cristo, no consintieron se procediese a nueva elección de Obispos, para que, faltándoles directores a los cristianos, se apagase la fe que hasta entonces se había conservado entre sangrientas persecuciones, y para más asegurar su bárbara política, llevaron desterrados a África a los Obispos y cristianos de toda la provincia de Andalucía, que en mediano número permanecían en ella, los cuales se llamaban mixtiárabes que hoy decimos mozárabes porque vivían mezclados con los árabes.
    En Toledo se conservaron con sus Iglesias durante todo el tiempo de cautividad y en Andalucía hasta el año 1151, manteniéndose en Baza Obispos, de que no hay noticia, por la turbación de los tiempos. Uno llamado Juan que regía la Iglesia de Baza por los años 862 de Cristo. Por este tiempo estaba en Córdoba con el oficio de Conde un hombre llamado Servando, y en Málaga era Obispo Hostigesio, uno y otro eran de perverso natural, perseguían a los católicos y robaron las Iglesias de Córdoba y Málaga. Su comportamiento era porque seguían como herejes el error de los antromorfistas que negaban la verdadera humanidad de Nuestro Señor Jesucristo.
    Congregase Concilio en Córdoba al que asistieron: Juan Obispo de Baza; Valencio, varón santo y sabio Obispo de Córdoba; Reculfo, de Cabra; Beato de Ecija; Ginés de Orce; Teudeguto de Elche; Sansón, Abad hombre santísimo y, Miro Obispo de Medinasidonia. Temiendo Sansón la malignidad con que había de portarse el Obispo Hostigesio por el valimento que tenía con los moros, formó una regla y confesión muy conforme a la religión católica, que mostró a los Obispos, los cuales la reprobaron influidos por la amenazas de Hostigesio. Más acabado el Concilio, arrepentidos de su culpa y flaqueza, procuraron el remedio aprobando todos la confesión católica formada por el Abad Sansón, al que nombró el Obispo Valencio Abad y Rector de la Iglesia de San Zoil de Córdoba.
    Ofendidos el referido Hostigesio y Servando y apoyados por Roculfo, Obispo de Cabra, y Beato de Ecija depusieron a Valencio de la dignidad episcopal validos del favor del Rey moro, y en su lugar eligieron a un muzlemita llamado Esteban, por sobrenombre el Flaco. También se dictó sentencia contra el santo Abad Sansón que salio a cumplirla a la villa de Martos el año 864, donde murió dejando escrito un tratado titulado Apologétidum contra pérfidos dirigido contra Hostigesio y contra Servando, que era Conde de los cristianos mozárabes de Córdoba. Este libro original en pergamino en legua gótica se conserva en Toledo.
    El segundo Obispo mozárabe de Baza, de quien hay memoria, se llamó Servando, por los años de 988. Débese esta noticia a Salazar de Mendoza quien refiere el traslado de una Biblia gótica escrita el año 988 que fue de la Iglesia de Sevilla y se trajo a Toledo cuando se ganó aquella ciudad, y se dice en ella, tratando de quien la escribió que en aquel tiempo era Arzobispo de Toledo Feliz; de Sevilla Esteban y de Baza Servando.


    ANTIGUOS OBISPOS DE URCI, QUE SE CREE SER ORCE, PUEBLO DE LA ABADÍA DE BAZA

    Don Diego Hurtado de Mendoza, varón eruditísimo, y otros, afirman que Urci es la Villa de Orce y del mismo modo el Padre Mariana sitúa la antigua Urci entre los pueblos bastetanos.
    Hay varios autores que dicen ser Almería la sucesora de la antigua capital de Urci. O sitúan a Urci en otros lugares próximos a Almería. Más la topografía que se usa más bien corresponde a la Urci de los pueblos bastetanos, o comarca de Baza.
    Y así su primer Obispo fue San Indalecio, compañero de San Torcuato y discípulo del Apóstol Santiago el Mayor, que después de acompañar a Santiago a Jerusalén donde el Apóstol encontró el martirio y traídos sus restos a España, fueron consagrados Obispos y se dedicaron a predicar por diversas ciudades, haciendo asiento San Indalecio en la ciudad de Urci.
    Su santo cuerpo fue hallado el año 1084 en tiempos de D. Sancho Rey de Aragón que le hizo trasladar al Monasterio de San Juan de la Peña, del orden de San Benito, como consta en las actas referidas por Briz Martínez y Juan Tamayo.
    El siguiente Obispo conocido fue Catón, o Cantonio que asistió al Concilio iliberitano el año 303, acompañado por Januario, presbítero urcitano.
    Pedro, que lo coloca Padilla como Obispo de Urci, pero en Adra de Almería que asistió al Concilio primero hispalense.

    Marcelo, Obispo de Orce o de Urci, que asistió al cuarto Concilio toledano el año 633 y al quinto el año 635. Y le representó un Diácono llamado Daniel en los Concilios toledanos VIII, IX y X.
    Palmacio, Obispo de Orce, o Urci, asistió como tal al Concilio XI toledano del año 674 y al XII, XIII y XIV siguiente donde firmó por su antigüedad en el puesto tercero.
    Habito, Obispo de Orce, firmó en las actas de los Concilios toledanos XV y XVI.
    Ginés Obispo de Orce, en el año 862 concurrió al concilio de Córdoba con el santo Abad Sansón y otros prelados mozárabes. La población de Urci fue asolada por las continuas guerras y así comenzó a borrarse la memoria de su silla episcopal.
    Descubrióse el sagrado cuerpo de San Indalecio en Pechina, Almería, de donde algunos infieren que Pechina fue Urci, pero al parecer los cristianos de Orce ante el peligro sarraceno ocultaron su santo cuerpo hasta sepultarlo en Pechina, donde apareció su sepulcro con la inscripción siguiente: "Aquí yace Indalecio, primer Obispo de la ciudad de Urci, ordenado en Roma pos los Santos Apóstoles.
    Nótese que no dice en esta ciudad de Urci. sino de la ciudad de Urci.
    Con el motivo de esta inscripción, después de restaurada Almería por los Reyes Católicos, se resolvió celebrar fiesta a San Indalecio como primer Obispo de Almería por haberse descubierto su sagrado cuerpo en la comarca de esta ciudad, siendo a la verdad más creíble que la primitiva Catedral de Urci, de quien se reputa sucesora la de Almería, estuvo en la antigua ciudad de Orce en la Bastetania.


    <!-- editby -->

    editado por: ASandy, 08/06/2011 13:29h<!-- end editby -->

Ir a la página: [-1] 1 - 2 - 3 - 4 - 5 - 6 - 7 [+1]